En el entorno de Luis Inacio Lula da Silva ya dan como un hecho la visita de Alberto Fernández al ex presidente de Brasil para este jueves. La visita debería ser en la cárcel de Curitiba, donde el líder del PT cumple desde abril de 2018 una larga condena por hechos de corrupción que dividen al país.
Fuentes del PT dijeron en Brasil que la visita está programada para el jueves por la tarde. Incluso la presidenta del partido lo afirmó en declaraciones a radio La Patriada. A su vez, este diario supo por las fuentes en Brasilia que quien fue jefe de Gabinete de Néstor y Cristina Kirchner que el nexo para este viaje a ver a Lula fue el ex canciller y ex ministro de Defensa de Brasil, Celso Amorim.
«Soy amigo de Alberto Fernández, hablamos con frecuencia El incluso organizó una visita que le hice al Papa Francisco, y conversando con él, surgió la idea de la visita a Lula«, dijo Amorim en Brasilia. Amorim informó que será parte de la visita a Lula del precandidato argentino, este jueves.
Alberto F., el candidato a presidente que eligió Cristina Kirchner al colocarse ella en la principal fórmula opositora como vice, es un admirador de Lula. Y como ya lo ha contado Agronomiaweb, tiene en su oficina colgado un póster de quien dirigió los destinos de Brasil y lideró la centroizquierda sudamericana de manera contemporánea al fallecido Hugo Chávez, al matrimonio Kirchner, al boliviano Evo Morales y el ecuatoriano Rafael Correa.
A fines de mayo, Alberto F. visitó en su emblemática chacra uruguaya al ex presidente por el Frente Amplio, José «Pepe» Mujica. Entonces viajó acompañado por el líder del sindicato de encargados de edificios, Víctor Santa María, el dirigente Fernando «Chino» Navarro y Felipe Solá
Ante la consulta de Clarín, en el entorno de Alberto F. no confirmaron ni desmintieron el viaje a Curitiba del precandidato presidencial de la fórmula K que, para influyentes diarios como O Globo, es un hecho. Este recuerda que Lula tiene derecho a recibir por semana a dos personas que no sean familiares o integrantes de su equipo de defensa. Y que la visita dura una hora.
Fernández de Kirchner como también sus seguidores han señalado que ella, Lula y sus ex funcionarios son «víctimas de una absurda persecución que incluyeron a millones de personas». Se consideran «presos políticos». Ello en referencia a la prisión de numerosos dirigentes y empresarios aquí y alla. Y en ambos entornos, pero sobre todo en Argentina, suelen comparar los procesos judiciales que son muy diferentes. Pero ambos países están muy polarizados en materia política.
Cristina ya recibió varias veces en la Argentina a la ex presidente de Brasil, Dilma Rousseff, delfín político de Lula, destituida por el Congreso en 2016. Pero la ex mandataria argentina nunca arriesgó una visita a su amigo en la cárcel de Curitiba, como ahora hará su candidato a presidente.
Sabe Clarín, que Alberto F. decidió aprovechar los contactos con gobiernos extranjeros que mantiene de cuando se alejó del kirchnerismo en 2008. Frecuenta las embajadas extranjeras, es protagonista de almuerzos al igual que todos los precandidatos.
El pre candidato también intentó -sin éxito- acercar a la ex mandataria a la embajada de los Estados Unidos, e inició contactos con la colectividad judía para hacer lo mismo. Fue cuando se lo vio en la embajada rusa, el día de su fiesta nacional, conversando con las autoridades de la DAIA. El sábado 29 se lo esperó en los festejos del embajador estadounidense Edward Prado por el 4 de julio pero no apareció.
El presidente brasileño, Jair Bolsonaro, mantiene una muy estrecha relación con Mauricio Macri. Incluso días atrás advirtió que si el kirchnerismo regresaba al poder, Argentina se convertiría en Venezuela. Tras ser designado candidato presidencial por Cristina, Alberto F. dijo que de ser electo aspiraba a mantener buenas relaciones con el gobierno de Jair Bolsonaro pero indicó que seguiría reclamando la libertad de Lula.
El último candidato presidencial que visitó a Lula en la ciudad de Curitiba fue el propio ex candidato del Partido de los Trabajadores (PT), el ex alcalde de San Pablo Fernando Haddad, quien hasta la primera vuelta que definió la elección presidencial brasileña iba semanalmente a Curitiba. Las visitas sin embargo se convirtieron en munición opositora: Haddad empezó a ser blanco de críticas que indicaban que iba a la cárcel a recibir ordenes de un presidiario.
