Investigadores de la UBA impulsan técnicas para revitalizar esta actividad productiva en el país

Una industria que vuelve a tejer su historia

Aunque para muchos la seda es sinónimo de lujo y tradición oriental, en Argentina también hay una historia y un presente vinculado a este fino material. Gracias a los aportes de científicos de la Facultad de Agronomía de la UBA (FAUBA), se están desarrollando nuevas líneas de trabajo para potenciar la cría del gusano de seda (sericultura) y la producción local del hilado.

El medio especializado «Sobre la Tierra» difundió un informe detallado sobre estos avances, que no solo buscan revalorizar una actividad en riesgo de desaparecer, sino también abrir oportunidades de empleo rural, desarrollo productivo y hasta exportaciones con valor agregado.

El gusano de seda y su potencial argentino

El ciclo productivo parte del gusano Bombyx mori, una especie que requiere cuidados específicos, pero que se adapta a distintas regiones del país. La crianza, que dura entre 25 y 30 días, culmina en la formación del capullo de seda, del cual se extrae la fibra tras un proceso de hilado.

En Argentina, si bien existen antecedentes históricos de producción de seda (incluso con participación estatal), la actividad fue perdiendo fuerza. Hoy, las investigaciones buscan recuperar esa experiencia y adaptarla a los tiempos actuales.

FAUBA y el desarrollo de tecnologías apropiadas

Los avances difundidos por la UBA incluyen mejoras en el manejo de las moreras (planta alimenticia de los gusanos), técnicas de cría en climas templados, y propuestas de organización para productores. Además, se están realizando capacitaciones y manuales técnicos accesibles para quienes quieran iniciarse en esta producción.

«La producción de seda puede convertirse en una alternativa real para pequeños productores que buscan diversificar su actividad con productos de alto valor», explican los especialistas.

Valor agregado y posibilidad de exportación

Uno de los atractivos del rubro es su potencial económico: la seda es un producto caro en el mercado global, y la producción artesanal con certificaciones (como comercio justo o orgánico) puede lograr precios aún más elevados.

También hay espacio para emprendimientos textiles locales, con diseños innovadores y con identidad regional. Esto permitiría no solo generar ingresos en comunidades rurales, sino también fomentar el desarrollo de industrias de moda sustentable en el país.

Recuperar saberes, generar futuro

La sericultura combina ciencia, historia y trabajo manual. Su desarrollo en Argentina puede representar una oportunidad estratégica, no solo para dinamizar economías regionales, sino también para proyectar al país en mercados internacionales con un producto elegante, natural y valioso.

 

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Por Pablo L.