Investigadores de la UBA destacan su potencial productivo y adaptabilidad al cambio climático

Un cultivo ancestral que vuelve con fuerza

La quinoa, un grano cultivado desde tiempos precolombinos en los Andes, está recuperando protagonismo en los campos argentinos gracias a nuevas investigaciones desarrolladas por la Facultad de Agronomía de la UBA. Según una nota publicada por el medio universitario «Sobre la Tierra», este cultivo milenario está demostrando una notable capacidad de adaptación a los desafíos de la agricultura moderna.

En un contexto de cambio climático, suelos degradados y necesidad de diversificar la producción, la quinoa aparece como una alternativa viable tanto para pequeños productores como para emprendimientos agroindustriales.

Ventajas agronómicas y nutricionales

Lo que convierte a la quinoa en un cultivo tan atractivo no es solo su historia o valor simbólico, sino su capacidad real de aportar soluciones. La planta tolera condiciones adversas como suelos salinos, climas áridos y alturas elevadas, lo que la hace ideal para regiones con limitaciones productivas.

Además, sus granos son considerados «superalimentos»: contienen todos los aminoácidos esenciales, son ricos en fibra, minerales y no contienen gluten. Esto le abre las puertas tanto al mercado interno como a nichos de exportación muy demandados, especialmente en Europa y Estados Unidos.

«La quinoa no es solo un cultivo tradicional: hoy se posiciona como una respuesta concreta a los desafíos de la agricultura contemporánea», explican desde FAUBA.

Experiencias en territorio argentino

Según los relevamientos difundidos por la UBA, ya existen experiencias exitosas de cultivo de quinoa en zonas como el Noroeste argentino, el Valle de Uco (Mendoza) e incluso en áreas de la provincia de Buenos Aires. Estas pruebas permitieron validar distintas variedades, conocer sus rendimientos y ajustar técnicas de manejo, riego y cosecha.

En muchos casos, fueron proyectos impulsados en conjunto entre universidades, productores locales y cooperativas agrícolas. Esto permitió combinar el conocimiento técnico con el saber práctico del territorio.

Proyecciones a futuro

Desde el sector académico consideran que aún hay mucho por desarrollar. Si bien la quinoa no reemplazará a los grandes cultivos como la soja o el maíz, sí puede integrarse a esquemas de rotación o ser clave en zonas donde otros cultivos no prosperan.

También se abren oportunidades en la agroindustria: desde harinas sin gluten hasta barras energéticas y productos gourmet, el potencial de la quinoa va más allá del campo.

La FAUBA como motor del conocimiento

La Facultad de Agronomía de la UBA viene impulsando investigaciones que integran ciencia, territorio y producción sustentable. Este tipo de trabajos sobre la quinoa no solo rescatan saberes ancestrales, sino que los actualizan con tecnologías modernas, ampliando las fronteras productivas y adaptativas del país.

 

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Por Pablo L.