Ubicada en Arata al 2100, esta sede de la Facultad de Agronomía es parte del entramado cotidiano de la Comuna 15 y un puente entre el conocimiento y los vecinos

Un espacio universitario con espíritu de barrio

A simple vista, el edificio de la sede Arata de la Facultad de Agronomía de la UBA podría pasar desapercibido para quien camina por la calle Arata al 2100, en pleno barrio de Agronomía. Pero detrás de su fachada discreta, se esconde una historia rica en formación, proyectos sociales y cercanía con la comunidad.

A diferencia del gran predio central de la FAUBA, esta sede funciona en una típica manzana urbana de la Comuna 15. Fue pensada como un anexo de extensión universitaria, con el objetivo de acercar las actividades académicas a los barrios y abrir nuevos espacios de formación para estudiantes, técnicos y público general.

De laboratorio de ideas a centro de cercanía

Desde sus inicios, la sede Arata tuvo una orientación práctica: talleres, cursos breves, capacitaciones técnicas y actividades para la comunidad. Uno de sus fuertes es la formación en oficios vinculados al agro, la jardinería, el compostaje y la producción sustentable.

La sede también funciona como punto de encuentro para cooperativas, docentes, extensionistas y vecinos interesados en el cuidado del ambiente, el consumo responsable y las huertas urbanas. El espacio está equipado con aulas, patio interno, vivero y oficinas para proyectos especiales.

“Acá no solo se enseña, también se escucha a los vecinos. Es una sede que vive el barrio y se adapta a lo que pasa en el territorio”, explica Mariana, técnica extensionista de la FAUBA

Una manzana con huerta, ciencia y vínculos humanos

Uno de los mayores orgullos del lugar es su huerta agroecológica comunitaria. En ese espacio verde, entre compost, siembra y charlas, se construyen redes de aprendizaje y afecto. La huerta es usada por estudiantes, pero también por adultos mayores del barrio, escuelas primarias y organizaciones sociales.

La articulación con otras instituciones es constante: desde el Hospital Tornú hasta centros de día, centros culturales y organizaciones ambientalistas. La sede Arata no funciona de espaldas al barrio, sino con las puertas abiertas, generando conocimiento aplicado que se comparte y se multiplica.

Una sede que deja huella en la vida de la gente

Muchos vecinos de Agronomía, Villa del Parque, La Paternal y Villa Devoto conocen la sede por haber hecho algún curso, asistido a una charla o simplemente por pasar a comprar plantines. Es uno de esos lugares donde se mezcla la ciencia con la vida cotidiana, sin carteles pomposos ni protocolos fríos.

Los estudiantes que pasan por Arata valoran el clima humano, la horizontalidad y el trato cercano. Los docentes destacan la posibilidad de experimentar metodologías de enseñanza más participativas, en contacto directo con las necesidades del barrio.

Presente activo, futuro con raíces

En tiempos donde la universidad pública muchas veces se ve cuestionada, la sede Arata es un ejemplo concreto de su función social. Allí se forman técnicos, se generan soluciones para problemáticas barriales, se impulsan emprendimientos verdes y se acompaña el aprendizaje colectivo.

El vínculo con la comunidad seguirá siendo el eje. Desde la FAUBA se proyectan nuevas líneas de trabajo: apoyo a comedores comunitarios, capacitaciones en sistemas de riego, intercambio de semillas y participación en políticas públicas de agricultura urbana.

Así, la sede Arata confirma que se puede hacer ciencia con los pies en la tierra y el corazón en el barrio. No se trata solo de enseñar, sino de aprender junto a los otros, construyendo futuro desde lo simple, lo cotidiano, lo común.

Por Pablo L.