En Artigas 3199, este bar rinde homenaje a Cortázar y conecta literatura, vecinos y sabores en un rincón histórico

Más que un café: un pedazo de barrio con alma cultural

En plena Agronomía, sobre Artigas 3199, el Rayuela Bar se convirtió en un lugar de encuentro donde la literatura y el café se mezclan con la identidad del barrio. Su nombre homenajea a la novela icónica de Julio Cortázar, autor que vivió en el cercano sub‑barrio Rawson durante años.

Su fachada discreta, con toldos negros y ventanales amplios, habla de una estética cuidada y relajada. El interior tiene paredes de ladrillo visto, mesas de mármol y detalles cuidadosos que invitan a quedarse por una charla, un libro o un buen brunch :contentReference[oaicite:2]{index=2}.

Un vínculo con Cortázar y el barrio Rawson

Rayuela Bar está justamente donde Julio Cortázar vivió durante su juventud, en un edificio que hoy es patrimonio histórico del barrio Rawson. Esa conexión literaria está en cada rincón: entre mateadas, cafés y libros que invitan al encuentro cultural :contentReference[oaicite:3]{index=3}.

“Café, libros, charla y barrio: todo junto, todo aquí”

Actividades literarias y clima comunitario

El local organiza eventos como cafés literarios, presentaciones de autores y tertulias con vecinos. En 2015, por ejemplo, participó de la celebración del aniversario del Barrio Rawson junto a la Junta de Estudios Históricos y la Cruz Roja local :contentReference[oaicite:4]{index=4}.

Aunque no figura como bar notable oficial, Rayuela es un ícono de Agronomía. Vecinos destacan su ambiente cálido, su atención tranquila y ese aire de conversación literaria que muchos espacios de café ya no tienen.

Menú cuidado y atención de barrio

La carta ofrece café de especialidad, brunch, sandwiches gourmet y opciones para compartir. Buena carta, ambiente relajado y velas por la noche: un plan que se repite entre quienes buscan quedare un rato :contentReference[oaicite:5]{index=5}.

Un refugio para los vecinos de Agronomía y más allá

Para quienes viven cerca, Rayuela es lugar de paso, refugio después de clases o estudio, punto de encuentro con amigos. Es de esos espacios que se sienten propios, como una extensión de la vereda, el parque o el colectivo que bajás cerca.

Su vínculo con la historia del barrio, la obra de Cortázar y su aroma a café hacen de este bar una referencia que trasciende su carta. Es visita obligada para los vecinos y una sorpresa para quienes lo descubren por primera vez.

 

 

Por Pablo L.