La jornada fue parte de un trabajo colectivo para potenciar los viveros de la Ciudad y fortalecer los espacios verdes públicos

Semillas con futuro: de la reserva al espacio público

Un grupo de vecinos comprometidos con el ambiente participó de una jornada de recolección de frutos y semillas en la Reserva Ecológica Lago Lugano, en el sur de la Ciudad de Buenos Aires. La actividad estuvo coordinada por la Dirección General de Control Ambiental y reunió a decenas de personas con un objetivo común: contribuir al cuidado de nuestra flora nativa.

La iniciativa, que se llevó a cabo en articulación con el área de Participación Ciudadana, tuvo como finalidad recolectar semillas de especies autóctonas para luego ser utilizadas en los viveros que gestiona la Ciudad. Desde allí, las plantas criadas serán destinadas a diferentes espacios verdes porteños, donde contribuirán a la biodiversidad y a la mejora del entorno urbano.

La jornada comenzó con una charla informativa a cargo de especialistas, donde se brindaron herramientas para reconocer frutos, semillas y árboles nativos. Fue un momento de aprendizaje colectivo, con intercambio de saberes entre técnicos y vecinos.

Recuperar lo que es nuestro: especies nativas y su valor ambiental

Durante el recorrido por la reserva, los voluntarios recolectaron ejemplares de coronillo (Scutia buxifolia), blanquillo (Sebastiania brasiliensis), molle (Schinus longifolius), talilla (Lycium cestroides), cambará (Buddleja stachyoides) y salvia azul (Salvia guaranitica). Todas estas especies tienen una importante función ecológica y están adaptadas al ambiente local, lo que favorece su desarrollo sin afectar el equilibrio del ecosistema.

Además de su valor ambiental, estas plantas aportan color, aroma y refugio a mariposas, aves e insectos polinizadores, que encuentran en ellas un hábitat natural dentro de la gran ciudad. Su inclusión en parques, plazas y veredas permite acercar la naturaleza a lo cotidiano.

“Recolectar semillas es sembrar futuro. Nos llevamos en las manos algo más que frutos: llevamos vida para nuestros barrios”, compartió una vecina que participó por primera vez.

La tarea no fue improvisada: cada especie fue identificada con cuidado para asegurar que se recogieran solo frutos maduros, lo que garantiza una alta tasa de germinación en los viveros. Estas acciones forman parte de un proceso de planificación más amplio que incluye conservación, producción y plantación.

Un puente entre vecinos, naturaleza y Ciudad

Esta cosecha colectiva se enmarca en una serie de actividades ambientales participativas que buscan vincular a los vecinos con los espacios verdes, no solo como lugar de paseo sino también como fuente de vida y aprendizaje. La participación ciudadana resulta clave para pensar una ciudad más sostenible.

Además, el trabajo en la Reserva Lago Lugano destaca el rol de las reservas urbanas como verdaderos pulmones verdes que aportan oxígeno, absorben carbono, regulan el clima y conservan la identidad biológica de nuestra región.

Las semillas recolectadas serán trasladadas a los viveros del Gobierno porteño, donde se les dará seguimiento y cuidado hasta que estén listas para ser plantadas. Este tipo de acciones permite multiplicar el impacto positivo en toda la ciudad, conectando la participación vecinal con la planificación urbana.

El mensaje que deja esta jornada es claro: cuando el Estado, la naturaleza y la comunidad se unen, florecen nuevas posibilidades. Y en este caso, esas posibilidades vienen en forma de frutos, semillas y muchas manos dispuestas a sembrar futuro.

Por Pablo L.