El deporte urbano que une generaciones en plazas y parques de la Ciudad
Un pelotazo que suena a cadenas: nace una escena urbana vibrante
Cuando la naranja entra, se escucha ruido de cadenas en la red colgante: es un jueves a las cinco de la tarde y un grupo de jóvenes juega en la plaza pública. Una cancha de básquet al lado del tren crea un escenario urbano que parece salido de Nueva York, aunque sea en Buenos Aires, con la estación Primera Junta como testigo.
La escena es pura rutina de primavera: algunos juegan tiro solitario, otros arman un 4 contra 4 en un aro, mientras que en el otro ya se entusiasman con un 5 contra 5 improvisado. El ritmo vibrante de la cancha se mezcla con el sonido del tren que pasa al lado, marcando el paso del tiempo y sumando nueva gente dispuesta a participar.
Agustín, que viste una musculosa con la figura de Shaquille O’Neal, dice que le encanta jugar en Caballito porque siempre hay gente nueva gracias al tren. Su pasión por el básquet nació en Atenas 2004 y tiene claro quién fue el mejor de todos los tiempos: Michael Jordan.
De la escuela al potrero: adolescentes unidos por el aro
Después del colegio, muchos chicos van directo a las canchas públicas. Entre semana dominan los adolescentes; los fines de semana aparece otro ritmo: partidos más competitivos y equipos improvisados que se quedan en cancha hasta que pierden. Es en esos potros urbanos donde se crean amistades y se fortalecen comunidades.
Santiago, de 17 años, sueña con Stephen Curry, y Steven, que vino desde Francia a estudiar, defiende a LeBron James con una sonrisa. Entre mate y charla, los tres comparan su pasión por figuras de la NBA y su conexión con las plazas locales. Estas canchas se vuelven un punto de encuentro multicultural en la Ciudad.
Lautaro, que juega dos o tres veces por semana, destaca que vienen personas de todas las edades, incluso del conurbano, y que muchas veces hay al menos una chica lanzando. La cancha pública es una invitación abierta para que cualquiera pueda participar.
La Copita en Saavedra: el santuario local del básquet callejero
La cancha de Plaza Roque Sáenz Peña, conocida como “La Copita”, es famosa por su arte callejero con grafitis de Manu Ginóbili, Duncan y Parker. Es uno de los espacios con más vida y competencia en noches y fines de semana.
Los domingos se organizan torneos 5×5 o 3×3 entre amigos, con público, reposeras y mate al costado. José Luis, que ahora juega con sus hijas en la misma cancha donde creció, cuenta que el ambiente es muy amiguero. La comunidad se construye partido tras partido, domingo tras domingo.
El Jefe de Gobierno, Jorge Macri, visitó la plaza 24 de Septiembre y resaltó que el deporte público fomenta convivencia e integración barrial, fortaleciendo el tejido social que se gesta alrededor del aro.
Cancha pública, comunidad y sentido de pertenencia
En la Ciudad hay 49 canchas en plazas y parques, y 11 más en polideportivos que pueden reservarse gratis. Estos espacios son impulsos silenciosos para que vecinos practiquen deporte y se conozcan entre sí.
La mayoría de los jugadores provienen del básquet callejero, no de clubes, y se genera un ambiente donde el ganador se queda en cancha. Es una forma espontánea de torneos que une estrategia, habilidad y amistad.
José Luis, estudiante de Profesorado en Educación Física, destaca que estas canchas permiten que los niños practiquen deporte desde edades tempranas: son espacios de recreación, inclusión y formación de sentido comunitario.
“Me parece importante que la gente pueda salir con su pelota y tener un aro para lanzar”, dice Lautaro sobre la necesidad de más espacios públicos para el básquet en una cultura muy futbolera.
Una vuelta de camaradería cuando cae el sol
Cuando el Sol comienza a esconderse en Parque Patricios, Agustín, Santiago y Steven terminan su partido y se sientan a descansar. Conversan sobre la Generación Dorada, la NBA y comparten mates con la certeza de que volverán pronto a jugar.
Otros ocupan su lugar en las canchas mientras ellos se van, y así se repite el ciclo: gente nueva, dinamismo y comunidad que se renueva sin manual. La cancha pública es un espacio vivo que junta realidad, deporte y cultura urbana.