Un espacio que preserva la obra del gran escultor porteño y abre sus puertas a la cultura popular

Un museo con identidad barrial

En pleno Caballito, sobre la calle Pujol al 644, funciona el Museo de Esculturas Luis Perlotti, un rincón que atesora la obra del artista que supo captar como pocos la esencia de las culturas originarias y los rostros del pueblo argentino. No es solo un museo: es un lugar de encuentro para vecinos, estudiantes, artistas y curiosos que buscan conectarse con el arte desde una mirada cercana y popular.

El edificio fue la casa-taller del propio Perlotti, donde vivió y trabajó hasta su muerte en 1969. En ese mismo lugar, entre arcillas, herramientas y esculturas, nacieron piezas que hoy forman parte del patrimonio cultural de la Ciudad. En 1988, gracias a la donación de su viuda, el espacio se convirtió oficialmente en museo y comenzó a recibir visitantes.

“El arte de Perlotti es un puente entre la tradición y el presente, entre las raíces y la identidad de nuestro pueblo”

Quién fue Luis Perlotti

Nacido en Buenos Aires en 1890, Perlotti fue un escultor autodidacta que supo abrirse camino gracias a su talento y perseverancia. Sus obras reflejan una profunda admiración por las culturas precolombinas y por las tradiciones populares argentinas. Trabajó en mármol, bronce, piedra y madera, y dejó un legado de monumentos y bustos que hoy se encuentran en plazas, edificios y museos del país.

Entre sus obras más reconocidas se encuentran el Monumento a Alfonsina Storni en Mar del Plata, el busto de Eva Perón en el Museo Evita, y múltiples esculturas dedicadas a personajes de la historia y la literatura argentina. También se destacó por sus monumentos públicos, muchos de ellos inspirados en figuras anónimas del pueblo trabajador.

Qué ver en el museo

El museo alberga una colección permanente de esculturas, dibujos, bocetos y herramientas de trabajo de Perlotti. También se exhiben moldes originales y piezas que muestran el proceso creativo del artista, desde el primer trazo hasta la obra final.

Además, el museo cuenta con salas temporarias que reciben muestras de artistas contemporáneos, manteniendo vivo el diálogo entre el arte de ayer y el de hoy. Las exposiciones temporarias incluyen escultura, pintura, fotografía y otras disciplinas vinculadas a la plástica.

Un espacio vivo y participativo

Lejos de ser un museo estático, el Perlotti se ha consolidado como un centro cultural abierto a la comunidad. Allí se realizan charlas, talleres, visitas guiadas para escuelas y actividades especiales para toda la familia. También es sede de encuentros con artistas y de propuestas pedagógicas que acercan el arte a chicos y chicas de distintas edades.

Durante el año, organiza talleres de escultura, modelado y técnicas mixtas, además de actividades para personas mayores y vecinos interesados en explorar el mundo del arte desde la práctica.

La casa-taller: historia y encanto

La antigua casa-taller mantiene gran parte de la arquitectura original, con sus espacios amplios y luminosos, pensados para trabajar la escultura en gran formato. Caminar por sus salas es recorrer el mismo lugar donde Perlotti moldeó piezas emblemáticas, y donde recibía a colegas, alumnos y amigos.

La conservación de este espacio no solo resguarda la obra del escultor, sino que preserva un fragmento de la historia cultural de Caballito, testimonio de una época en que los artistas trabajaban rodeados de comunidad y barrio.

Visitar el Museo Perlotti

El Museo de Esculturas Luis Perlotti abre sus puertas de martes a domingos, con entrada gratuita para vecinos, turistas y estudiantes. Se encuentra a pocos metros del Parque Centenario, por lo que puede ser parte de un paseo que combine arte, aire libre y gastronomía barrial.

Visitarlo es conectar con un pedazo vivo de la cultura argentina, descubrir la obra de un artista que amó profundamente a su país y dejó huella en el paisaje urbano y en la memoria colectiva.

Para los vecinos de Caballito y para todo aquel que pase por el barrio, el Museo Perlotti es una parada obligada para descubrir arte, historia y tradición en un mismo lugar.

 

Por Pablo L.