La Facultad de Agronomía abre un nuevo punto de acopio para que vecinos y estudiantes puedan disponer estos residuos de forma segura

Un nuevo espacio para cuidar el ambiente

Desde este año, la Facultad de Agronomía de la UBA se convirtió en punto oficial de acopio de pilas en desuso en la Ciudad de Buenos Aires. La medida, fruto de un trabajo conjunto entre la Jefatura de Gestión Ambiental de la FAUBA y el programa RIPPILAS, busca ofrecer una alternativa práctica para que vecinos y comunidad universitaria puedan deshacerse de estos residuos especiales sin generar daño ambiental.

Según explicó la Lic. Micaela Olivan, jefa de Gestión Ambiental, la apertura de este punto permite ampliar las corrientes de residuos que la facultad gestiona de manera diferenciada, reduciendo así lo que termina en el relleno sanitario. “El impacto es doble: por un lado, damos una opción accesible a quienes viven y estudian en la zona; y por otro, evitamos que sustancias peligrosas terminen en el suelo o el agua”, detalló.

“Una sola pila de mercurio puede contaminar hasta 600 mil litros de agua si no se dispone correctamente” – Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.

Por qué es clave su recolección diferenciada

Las pilas, aunque pequeñas, contienen compuestos nocivos como mercurio, cadmio y plomo que, al liberarse, pueden dañar seriamente el ambiente. Durante su uso no representan riesgos, pero una disposición incorrecta multiplica sus efectos contaminantes. El INTI estima que, aunque las pilas y baterías son apenas el 0,002% de los residuos sólidos urbanos, están entre las principales fuentes de compuestos peligrosos.

En la FAUBA, se instalaron dos urnas de recolección: una en el Pabellón Central y otra en el comedor “La Cabra Dorada”. Allí se recibirán pilas AA, AAA, C, D, 6V, 9V y de botón, preferentemente con cinta adhesiva en los contactos. No se aceptarán pilas en bolsas, frascos o botellas.

Un servicio necesario en el barrio

Olivan remarcó que en el último año se cerraron más de 20 Puntos Verdes en CABA, dificultando la disposición de residuos especiales como pilas, aceite usado o aparatos electrónicos. En Agronomía, el punto más cercano estaba en la Plaza Aristóbulo del Valle, a 2 kilómetros. “Por eso este nuevo espacio en la facultad es tan importante para la comunidad”, subrayó.

La gestión diferenciada de las pilas en desuso que realiza RIPPILAS sigue un circuito riguroso: recolección, almacenamiento temporal, transporte al centro de tratamiento, clasificación y pesaje, termodestrucción con vitrificación de cenizas y disposición final en un relleno de seguridad en Santa Fe.

Trabajo interno y educación ambiental

Dentro de la FAUBA, la recolección y promoción de la iniciativa está a cargo de la Jefatura de Gestión Ambiental junto a FAUBA Verde, que también se encargará de educar sobre el correcto uso de las urnas. El objetivo es que cada persona que deposite una pila entienda por qué y cómo hacerlo bien.

RIPPILAS será responsable de la logística del traslado y la disposición final, asegurando que cada unidad recogida siga el proceso seguro establecido por las normativas ambientales vigentes.

Un compromiso que viene de antes

Esta no es la primera vez que la FAUBA trabaja el tema. En 2020, desde FAUBA Verde se publicó el informe “Ciclo de vida de las pilas”, con un análisis detallado de su composición, clasificación, tratamiento e impacto ambiental. Ese mismo año, organizaron un panel virtual con especialistas de la Agencia de Protección Ambiental, el INTI y el CONICET para debatir soluciones y desafíos en la gestión de estos residuos.

Candela Pino, coordinadora de FAUBA Verde, recordó que la concientización es tan importante como el punto de acopio: “Si la gente entiende por qué hay que separar las pilas, aumenta la probabilidad de que lo haga correctamente”.

Cómo participar

La invitación está abierta a toda la comunidad universitaria y a los vecinos de la zona. Solo hay que acercarse a las urnas con las pilas usadas, depositarlas sin envoltorios y, de ser posible, con los contactos cubiertos con cinta para evitar cortocircuitos.

Con este paso, la FAUBA no solo suma un servicio ambiental importante, sino que también fortalece su rol como actor activo en la gestión sustentable de residuos dentro y fuera del campus.

 

Por Pablo L.