Un trabajo silencioso que garantiza sangre segura en cada hospital porteño
Un día para agradecer y visibilizar
Cada 14 de junio, el mundo se une para reconocer a quienes donan sangre de forma voluntaria. En la Ciudad, este gesto solidario se conecta con un trabajo constante: el que realiza la Red de Medicina Transfusional del Ministerio de Salud porteño para que nunca falte sangre segura en los hospitales públicos.
Este año, la OMS propuso el lema “Doná sangre, doná esperanza: juntos salvamos vidas”. Y en Buenos Aires, la consigna se vive todos los días gracias a un sistema que coordina la donación, procesamiento y distribución de sangre para cirugías, terapias intensivas, guardias y tratamientos oncológicos.
Quiénes integran la Red Transfusional
La Red de Medicina Transfusional está formada por médicos especialistas en hemoterapia, técnicos, bioquímicos, promotores comunitarios y personal administrativo. Trabajan en equipo para que la sangre llegue a tiempo allí donde se necesita, sin importar el día ni la hora.
No se trata solo de tener bancos de sangre llenos: el desafío es que cada unidad esté correctamente tipificada, analizada y lista para su uso seguro. Por eso, el trabajo de laboratorio y logística es tan clave como el acto mismo de donar.
Además, desde la Red se promueven campañas que buscan sumar donantes frecuentes. La donación voluntaria y habitual es la más segura, porque se realiza en condiciones controladas y sin presiones externas, algo que reduce riesgos y asegura disponibilidad constante.
“Doná sangre, doná esperanza: juntos salvamos vidas”
Campañas que multiplican la solidaridad
Durante 2024, se organizaron 131 campañas de donación externas en empresas, instituciones públicas y organizaciones sociales. Más de 6.500 personas donaron de forma voluntaria en estos operativos, alcanzando el 100% de donación altruista, un número que contrasta con lo que sucede en hospitales, donde todavía prevalece la donación por reposición.
La diferencia es importante: la donación por reposición se da cuando un familiar o amigo necesita sangre y alguien dona para reponerla. En cambio, la donación voluntaria busca tener sangre disponible antes de que llegue la urgencia, para evitar demoras y salvar más vidas.
En paralelo, la Red trabaja junto al INCUCAI para que cada vez más personas se inscriban en el Registro Nacional de Médula Ósea. Donar células progenitoras hematopoyéticas puede ser clave en tratamientos contra leucemias y otras enfermedades graves de la sangre.
Requisitos para donar sangre
Para sumarse como donante de sangre, se deben cumplir algunos requisitos simples pero importantes: tener entre 16 y 65 años, pesar más de 50 kg y gozar de buena salud. Además, hay que presentar DNI, cédula o pasaporte y no estar en ayunas.
También se recomienda esperar al menos 8 semanas entre donaciones para que el organismo se recupere y mantener una alimentación saludable en los días previos. No es necesario suspender ninguna actividad habitual, ya que la extracción es segura y supervisada por profesionales.
Un detalle clave: la donación no duele y no debilita. El cuerpo repone el volumen de sangre extraído en pocas horas y las células sanguíneas se regeneran naturalmente en pocos días.
Cómo y dónde sumarse
Quienes quieran donar pueden consultar el cronograma de campañas abiertas a la comunidad y reservar turno en www.donarg.com.ar. También se puede escribir a redmedtransfusional@buenosaires.gob.ar para recibir información o para organizar una campaña en una empresa, escuela o institución.
La invitación es a que cada vez más vecinos incorporen la donación como un hábito solidario y repetido en el tiempo. Donar dos o tres veces por año puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte para cientos de pacientes.
Un compromiso que salva vidas
El Día Mundial del Donante de Sangre no es solo una fecha en el calendario: es un recordatorio de que la salud de muchos depende del compromiso de pocos. Y en Buenos Aires, la Red de Medicina Transfusional demuestra cada día que la organización y la solidaridad pueden ir de la mano.
Sumarse a esta red de vida es más fácil de lo que parece. Con un gesto simple, cualquiera puede convertirse en héroe anónimo y ser parte de una cadena que no se rompe: la de salvar vidas sin pedir nada a cambio.