La obra mejora la atención, amplía la capacidad y facilita el acceso a pacientes que requieren tratamiento renal crónico

Un cambio esperado por pacientes y personal

El Hospital General de Agudos Carlos G. Durand culminó la remodelación integral de su servicio de diálisis, un cambio que impactará directamente en la calidad de atención de cientos de pacientes. El área, que antes funcionaba en el octavo piso del Pabellón Romano, fue trasladada al primer piso para mejorar la accesibilidad y modernizar las instalaciones.

Este traslado no solo implica un cambio físico: marca un salto en infraestructura y comodidad para quienes deben asistir varias veces por semana a su tratamiento. El nuevo espacio está diseñado pensando en pacientes ambulatorios y también en personas internadas que requieren diálisis de forma regular.

Un espacio moderno y funcional

El nuevo sector está dividido en tres grandes áreas: Atención, Apoyo y Personal. En la zona de Atención se ubica una moderna sala de hemodiálisis con 12 puestos equipados y uno adicional para aislamiento, dos consultorios, dos salas de entrenamiento para diálisis peritoneal, tres consultorios generales, una estación de enfermería y una sala de recuperación.

La capacidad del servicio permitirá atender alrededor de 70 pacientes de hemodiálisis por mes, brindando tratamientos en un entorno más cómodo, seguro y cercano a otras áreas médicas. Esto se complementa con la expansión de la diálisis peritoneal, modalidad que el hospital impulsa y en la que actualmente acompaña a 60 pacientes en forma continua.

“Este crecimiento refuerza nuestra capacidad para ofrecer una atención integral y de calidad a todos los pacientes que lo necesitan”, destacaron desde el hospital.

Un referente en diálisis peritoneal

La apuesta por la diálisis peritoneal es clara: más salas, más equipamiento y mayor acompañamiento para quienes eligen esta modalidad, que permite al paciente realizar el tratamiento en su propio hogar con el seguimiento del equipo médico. El Durand se consolida así como uno de los centros públicos con mayor volumen de pacientes en esta especialidad.

La expansión de consultorios y salas de entrenamiento facilita la formación y el control periódico, garantizando que cada persona pueda llevar adelante su tratamiento de manera segura, efectiva y con la tranquilidad de estar respaldada por un equipo profesional experimentado.

Instalaciones que suman confort y eficiencia

En el Área de Apoyo se incorporaron espacios clave para el funcionamiento del servicio: sala de tratamiento de agua, depósitos para insumos y residuos hospitalarios, sala de lavado de filtros, sector de análisis de sedimentos de orina, office de limpieza y sala de espera con sanitarios accesibles. Todo pensado para optimizar el trabajo diario y la experiencia de los pacientes.

En cuanto al Área de Personal, se sumaron oficinas para la jefatura, dormitorios para guardias, estar médico y de enfermería, junto con sanitarios exclusivos para el equipo. Esto mejora el bienestar del personal y fortalece la capacidad de respuesta del servicio ante la demanda creciente.

Más accesible, más cerca

Uno de los grandes beneficios de la relocalización es la mejora en la accesibilidad para pacientes ambulatorios. Ya no es necesario subir hasta un octavo piso para recibir tratamiento, algo que para personas con movilidad reducida o que llegan en silla de ruedas resultaba una verdadera dificultad.

Este cambio se traduce en menos tiempo y esfuerzo para llegar a la sala, una circulación más fluida dentro del hospital y una mayor cercanía con otras áreas de atención, lo que agiliza la asistencia ante cualquier eventualidad.

Un compromiso con la salud pública

Con esta renovación, el Hospital Durand reafirma su papel como centro de referencia en nefrología del sistema público porteño. El objetivo es claro: mejorar la calidad de vida de los pacientes renales crónicos, garantizando acceso a tratamientos de excelencia sin importar la condición socioeconómica.

La modernización del servicio es un ejemplo de cómo la inversión en salud pública puede traducirse en mejoras concretas y visibles para la comunidad. Pacientes, familiares y profesionales cuentan ahora con un espacio a la altura de las necesidades actuales.

Por Pablo L.