Un rincón único donde naturaleza, literatura e historia se cruzan a cada paso
Un paseo que mezcla árboles centenarios y relatos barriales
En el corazón de Agronomía, dentro del predio de la Facultad de Agronomía de la UBA, se encuentra un espacio que muchos porteños desconocen: el parque Hauman, un verdadero laboratorio natural al aire libre. Allí, cientos de especies de árboles, plantas exóticas y flores conviven en un paisaje que parece sacado de otro tiempo, lejos del ruido y el cemento de la Ciudad.
No se trata solo de un lugar para mirar desde afuera. El Hauman abre sus puertas con visitas guiadas que invitan a recorrer sus senderos, conocer la historia de cada especie y descubrir secretos botánicos que, muchas veces, pasan desapercibidos para el ojo común. Una oportunidad para aprender mientras se disfruta de la calma que solo un gran parque puede ofrecer.
Una cátedra viva de naturaleza
El Hauman no es un simple jardín: es una colección viva de biodiversidad cuidada por especialistas de la Facultad de Agronomía. Entre sus ejemplares hay árboles traídos de distintas partes del mundo, especies nativas en peligro y plantas que florecen en distintas épocas del año, regalando postales distintas en cada estación.
Durante las visitas guiadas, los guías explican cómo reconocer cada especie, su origen y las curiosidades que las rodean. Algunos árboles tienen más de cien años y han sido testigos silenciosos de la transformación del barrio, desde la época en que Agronomía era casi todo campo abierto hasta hoy.
“Caminar por el Hauman es viajar sin salir de la Ciudad”
El puente que une dos mundos
Pero el encanto del Hauman no termina en sus senderos. En uno de sus extremos, un puente peatonal conecta el predio con el vecino barrio de La Paternal. Se trata del Puente Julio Cortázar, bautizado en honor al escritor que vivió en la zona y que supo inspirarse en sus calles y personajes.
Este puente no solo une dos barrios: es un símbolo de identidad cultural. Cruzarlo es pasar del silencio verde de Agronomía al pulso más urbano de La Paternal, un cambio de escenario que parece narrar, sin palabras, el paso entre distintos mundos que Cortázar retrató con su pluma.
Un paseo para todos
La entrada al Hauman es libre y gratuita, y las visitas guiadas suelen realizarse en fechas especiales o por coordinación previa. Es ideal para familias, estudiantes o curiosos que quieran conocer un costado de Buenos Aires que no aparece en las postales turísticas más clásicas.
Muchos vecinos aprovechan para recorrerlo en bicicleta, sacar fotos o simplemente sentarse en un banco a leer. Y para los amantes de la fotografía, cada rincón ofrece una combinación distinta de luz, sombra y verde, perfecta para retratar.
La memoria verde del barrio
En tiempos donde los espacios verdes son un bien escaso, el Hauman es un recordatorio de lo valioso que es cuidar y preservar la naturaleza urbana. No es solo un parque: es un pedazo vivo de historia, ciencia y comunidad, que sigue latiendo en medio de la Ciudad.
Caminar por allí es encontrarse con estudiantes tomando apuntes de botánica, vecinos saludándose como en un pueblo chico y visitantes sorprendidos por la riqueza de especies. Todo eso, a pocos minutos de una avenida transitada.
La próxima vez que pases por Agronomía o La Paternal, no dudes en cruzar el Puente Julio Cortázar y dejarte llevar por los senderos del Hauman. Es un viaje que vale la pena, sin salir de la Ciudad.