El Ministerio de Educación porteño presentó un documento que busca orientar a docentes y directivos en el uso pedagógico, ético y seguro de la IA en el aula

Un material pensado para acompañar a las escuelas

La inteligencia artificial ya es parte de nuestras vidas y de las aulas, por eso la Ciudad presentó una guía para usar esta tecnología de manera crítica y responsable. La idea es que directivos, docentes y equipos educativos cuenten con un marco claro para aprovechar sus beneficios sin perder de vista los valores pedagógicos y humanos.

El documento fue elaborado por la Gerencia Operativa de Educación Digital en el marco del Plan Integral de Educación Digital y del Plan Estratégico Buenos Aires Aprende 2024-2027. Busca que la IA sea una aliada para mejorar el aprendizaje, siempre respetando la ética, la inclusión y la protección de los estudiantes.

La guía incluye principios orientadores, marco normativo, recomendaciones por nivel y área curricular, curaduría de herramientas disponibles y hasta sugerencias para capacitar a los docentes. También aborda temas clave como protección de datos, propiedad intelectual, impacto ético y detección de sesgos algorítmicos.

Más que tecnología: valores y pensamiento crítico

Uno de los ejes principales es que la IA no reemplace el sentido pedagógico. La prioridad sigue siendo formar personas capaces de pensar, crear y convivir en un mundo digital, sin dejar que la tecnología marque el rumbo por sí sola.

En este sentido, la guía promueve las llamadas “4C” como competencias clave: creatividad, pensamiento crítico, colaboración y comunicación. Estas habilidades se fortalecen cuando la IA se integra con propósito educativo, no solo como recurso técnico o herramienta rápida para resolver tareas.

“Incorporar IA en la educación no es solo sumar herramientas, es formar estudiantes capaces de pensar, crear y convivir en un mundo digital, de forma ética y crítica”, expresó Victoria Ezcurra, gerenta Operativa de Educación Digital.

El material recomienda, por ejemplo, que los docentes enseñen a cuestionar lo que la IA genera, a identificar posibles errores y a debatir sobre los sesgos que puede reproducir. El objetivo es que el aula sea un espacio de reflexión, no solo de consumo de tecnología.

Protección de datos y cuidado de la privacidad

La guía advierte que muchas herramientas de IA solicitan información sensible como nombres, correos electrónicos o datos escolares. Por eso, aconseja evitar que los estudiantes compartan datos personales y priorizar el uso de cuentas institucionales o gestionadas por los docentes.

También se recuerda la importancia de cumplir con la Ley Nacional de Protección de Datos Personales y verificar que las plataformas utilizadas cumplan con normativas internacionales como GDPR o COPPA. El resguardo de la privacidad es clave para un uso seguro de la IA en las aulas.

Desafíos frente a fake news y deepfakes

Uno de los puntos que más preocupa es la capacidad de la IA para generar y difundir noticias falsas o imágenes manipuladas. La guía propone que las escuelas trabajen en la alfabetización digital para que chicos y chicas aprendan a reconocer y filtrar información confiable.

El documento sugiere usar la IA como apoyo, pero no como única fuente. Citar siempre la herramienta utilizada y enseñar a contrastar con otras fuentes es fundamental para desarrollar un pensamiento crítico y no caer en desinformación.

Un uso ético, inclusivo y con sentido

La IA puede ser una gran herramienta para personalizar aprendizajes, ahorrar tiempo en tareas administrativas y ampliar recursos. Pero, como advierte la guía, no todo lo que genera es verdadero ni objetivo, por lo que el acompañamiento docente es imprescindible.

Además, es clave reflexionar sobre los datos que entrenan a estas tecnologías, ya que pueden reproducir estereotipos o invisibilizar ciertas realidades. La equidad y la inclusión deben ser ejes permanentes en cualquier propuesta educativa que use inteligencia artificial.

Una invitación a repensar la escuela

Este documento no busca imponer un modelo único, sino inspirar a las escuelas para que incorporen la IA con sentido. La idea es que cada institución adapte las recomendaciones a su contexto, siempre poniendo en el centro a los y las estudiantes.

En tiempos donde la tecnología avanza rápido, esta guía se propone como un faro para navegar en un mar de oportunidades y desafíos. La meta es clara: que la IA sume, pero sin reemplazar lo humano.

Por Pablo L.