Un viaje al San Nicolás de fines del siglo XIX, donde la cerveza y la vida barrial se mezclaban en una esquina inolvidable
Una esquina que marcó época
En pleno corazón del barrio de San Nicolás, en la esquina de Corrientes y Esmeralda funcionó la Cervecería Argentina, un local que en 1890 ya era punto de encuentro para porteños que buscaban compartir un buen vaso de cerveza y charlas interminables. Aquella esquina, que hoy se asocia con teatros, luces y tránsito incesante, alguna vez fue el escenario de un espacio que mezclaba comercio, esparcimiento y vida social.
La imagen de la cervecería nos llega gracias a la Colección Witcomb del Archivo General de la Nación, y fue recuperada con la colaboración de Rumbo Sur. La foto muestra la fachada del local y un entorno urbano todavía en transformación, cuando Buenos Aires comenzaba a consolidarse como una gran ciudad moderna.
El sabor de otra Buenos Aires
En aquella época, los cafés, bares y cervecerías eran más que comercios: eran lugares donde se cruzaban inmigrantes, trabajadores y artistas, espacios donde se mezclaban idiomas, historias y esperanzas de futuro. La Cervecería Argentina formaba parte de esa trama, donde la bebida era apenas la excusa para reunirse y hacer barrio en una Ciudad que crecía a pasos agigantados.
La esquina de Corrientes y Esmeralda se convirtió así en un símbolo de encuentro. Con mesas de madera, luces cálidas y barriles listos para servir, aquel local recibía a porteños que buscaban un respiro de la rutina y un espacio para sentirse parte de una comunidad más amplia.
“La Cervecería Argentina fue una de esas esquinas donde la Ciudad aprendió a encontrarse con un vaso de cerveza en la mano.”
Cosas que ya no están
Hoy la cervecería ya no existe, pero su recuerdo vive en las fotos antiguas que nos permiten imaginar cómo era la vida en esa Buenos Aires de fines del siglo XIX. La modernización, las nuevas construcciones y el paso del tiempo hicieron desaparecer su fachada, pero no lograron borrar su huella en la memoria barrial.
Mirar esas imágenes es volver a un tiempo donde la calle Corrientes todavía no era la avenida iluminada de los teatros, sino un corredor donde se mezclaban carretas, tranvías y locales modestos que sostenían el pulso de la Ciudad. Cada foto nos recuerda que Buenos Aires también está hecha de cosas que ya no están.
Un legado cultural
La Cervecería Argentina fue parte de una tradición que sigue viva en los bares notables y en los nuevos espacios gastronómicos que buscan recuperar esa atmósfera. No se trata solo de beber, sino de encontrarse, de compartir la mesa y hacer del bar un refugio cultural y social. Su historia es un recordatorio de cómo los comercios pueden marcar la identidad de un barrio entero.
Recordar la esquina de Corrientes y Esmeralda en 1890 es también un homenaje a la memoria porteña, a esos lugares que moldearon la vida cotidiana y que, aunque ya no estén, siguen diciendo mucho de quiénes somos como ciudad.