Un estudio de la FAUBA reveló cómo el tránsito influye en los niveles de contaminación durante la semana
La contaminación que respiramos
La contaminación del aire es un desafío creciente en las grandes ciudades. Autos, camiones y colectivos son la principal fuente de gases y partículas contaminantes, y la Ciudad de Buenos Aires no es la excepción. Un análisis de la Facultad de Agronomía de la UBA (FAUBA) en CABA mostró patrones claros según días y horarios, permitiendo identificar cuándo se respira peor y mejor.
Según el estudio, los picos de contaminación coinciden con las horas de mayor tránsito: de lunes a viernes durante el día y los fines de semana durante la noche. El viernes resultó ser el día de mayor concentración de contaminantes, mientras que el domingo es el más limpio de la semana.
“La contaminación del aire afecta la salud de las personas y crece en las grandes ciudades, con los vehículos como principal fuente de emisiones”
Cómo se midió el impacto del tránsito
Carolina Puccetti y Leonardo Serio, docentes de Climatología en la FAUBA, analizaron datos de 2019 de dos fuentes: el registro horario de vehículos que ingresan a CABA por las autopistas 9 de Julio Sur, Dellepiane y Lugones, y los niveles de monóxido de carbono (CO), dióxido de nitrógeno (NO₂) y material particulado (PM₁₀) medidos por la Red de Calidad del Aire de la Ciudad. El cruce de ambos conjuntos de datos permitió correlacionar tránsito con contaminación.
Se observó que los contaminantes gaseosos, como CO y NO₂, alcanzan su máximo 2 a 3 horas después del pico de tránsito, mientras que las partículas PM₁₀ tardan entre 4 y 5 horas en concentrarse. Esto indica que los contaminantes se acumulan y permanecen en el aire, afectando la calidad del aire incluso después de que disminuye el flujo vehicular.
Viernes y domingo: extremos de la semana
Según Leonardo Serio, los viernes muestran las mayores concentraciones y la peor calidad del aire, mientras que los domingos son los más limpios. Estos hallazgos permiten identificar momentos críticos para la salud y repensar la movilidad urbana.
Con más de un millón de autos circulando diariamente y otro millón entrando y saliendo desde municipios vecinos, la Ciudad enfrenta un desafío para equilibrar tránsito y calidad ambiental. Los resultados sugieren la necesidad de diseñar políticas públicas basadas en evidencia científica para reducir la contaminación y proteger a los porteños.
Hacia un aire más limpio
El equipo de FAUBA planea ahora investigar cómo factores meteorológicos como los vientos y las inversiones térmicas afectan la dispersión de contaminantes. Comprender estos mecanismos permitirá anticipar episodios críticos y mejorar la calidad del aire que respiran los habitantes de Buenos Aires.
Este estudio refuerza la importancia de repensar la organización del tránsito y generar acciones que permitan un ambiente más sano, con beneficios directos para la salud de toda la población.