Una fecha para pensar en convivencia, respeto y educación para la paz

Un legado de paz que trasciende fronteras

Cada 2 de octubre el mundo recuerda el nacimiento de Mahatma Gandhi, símbolo global de la lucha pacífica y la resolución de conflictos sin violencia. La fecha, declarada por la Asamblea General de la ONU como Día Internacional de la No Violencia en 2007, es un recordatorio de que los cambios profundos pueden lograrse a través del respeto y la persistencia pacífica, sin recurrir a la confrontación.

Gandhi enseñó que la fuerza de una sociedad no está en la agresión, sino en la capacidad de dialogar y entender al otro. Esa filosofía sigue vigente hoy, especialmente en nuestra ciudad, donde las instituciones y la comunidad tienen la responsabilidad de construir un entorno seguro y lleno de oportunidades para todos los vecinos.

Niñas, niños y adolescentes como prioridad

El Consejo de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes de la Ciudad reafirma que cada menor merece crecer en un ambiente protegido, donde se valoren la tolerancia, la empatía y la cooperación. El derecho a vivir sin violencia es esencial para su desarrollo integral, y por eso se promueven programas educativos, espacios de contención y acciones de sensibilización dirigidas a toda la comunidad.

La violencia puede aparecer de muchas formas: desde peleas y acoso escolar hasta situaciones de discriminación o abuso en distintos ámbitos. Por eso, cada iniciativa que fomente la convivencia pacífica suma a la construcción de un barrio más seguro y humano. No se trata solo de hablar de la violencia, sino de enseñar herramientas concretas para resolver conflictos y fortalecer vínculos de respeto desde la infancia.

Promover la cultura de paz en la vida cotidiana

Este día también invita a los adultos a reflexionar sobre su rol como referentes. Ser ejemplo de diálogo, paciencia y escucha activa ayuda a que niñas, niños y adolescentes internalicen valores de convivencia positiva. En escuelas, plazas y centros comunitarios se desarrollan actividades de mediación, talleres de resolución de conflictos y programas que fomentan la participación, buscando que los más chicos aprendan a expresar sus emociones sin agresión.

Además, la fecha es un momento oportuno para que los vecinos piensen en la responsabilidad colectiva de cuidar los espacios comunes y los vínculos barriales. Un barrio sin violencia se construye entre todos, desde acciones pequeñas como respetar turnos y normas de convivencia, hasta compromisos más amplios en escuelas y organizaciones comunitarias.

Acciones concretas del Consejo

El Consejo desarrolla programas orientados a acompañar a familias, educadores y referentes comunitarios. Esto incluye capacitaciones para docentes en resolución de conflictos, talleres con adolescentes sobre comunicación no violenta y espacios de contención para quienes atraviesan situaciones difíciles. El objetivo es crear un entorno donde la violencia no tenga lugar, y donde cada niño pueda crecer con confianza y seguridad.

También se impulsa la participación de la comunidad a través de actividades públicas: encuentros barriales, charlas, ciclos de cine y arte que transmiten valores de respeto y cooperación. La idea es que todos los vecinos se sientan parte de esta cultura de paz, construyendo un ambiente más justo y equitativo en cada rincón de la Ciudad.

Reflexión y compromiso

El Día Internacional de la No Violencia nos recuerda que el cambio empieza con gestos cotidianos. Escuchar, dialogar, acompañar y enseñar a resolver problemas sin agresión son pasos concretos que marcan la diferencia. Cada acción cuenta y contribuye a que las nuevas generaciones crezcan en un entorno donde la violencia no sea la norma, sino la excepción.

Desde el Consejo de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes seguimos trabajando para que cada niña, niño y adolescente tenga acceso pleno a sus derechos, porque un futuro sin violencia se construye hoy, con compromiso colectivo, educación y respeto mutuo.

 

Por Pablo L.