Actuar rápido puede salvar vidas: la Ciudad refuerza la atención ante accidentes cerebrovasculares

En Buenos Aires, la rapidez es clave cuando alguien sufre un ACV. Cada minuto cuenta y la Ciudad cuenta con una Red de Atención diseñada para garantizar una respuesta inmediata, coordinada y eficaz ante esta emergencia médica.

La red está formada por seis hospitales estratégicos, organizados según su nivel de complejidad y con equipos especializados disponibles las 24 horas. Cada centro cuenta con personal entrenado y tecnología de última generación para diagnosticar y tratar los ACV con rapidez y seguridad.

Unidades especializadas para cada caso

Dentro de esta red, algunos hospitales cuentan con Unidades de Stroke: el Hospital Ramos Mejía y el Hospital Pirovano. Allí se realizan tratamientos de urgencia como la trombolisis y, en casos especiales, la trombectomía. Estos equipos están preparados para actuar en cada minuto crítico que puede marcar la diferencia.

Otros hospitales, como el Fernández, Santojanni, Argerich y Durand, funcionan con Stroke Teams, equipos multidisciplinarios listos para evaluar y atender a pacientes de manera inmediata. La coordinación entre todos estos hospitales permite que cada paciente reciba la atención que necesita sin demoras.

Coordinación con el SAME: clave para salvar vidas

El Sistema de Atención Médica de Emergencias (SAME) cumple un rol central. Ante la sospecha de un ACV, se activa el Código ACV, un protocolo que asegura que el paciente sea trasladado directamente al hospital con mayor capacidad resolutiva más cercano.

Este procedimiento permite reducir los tiempos de diagnóstico y tratamiento, aumentando las posibilidades de recuperación y disminuyendo las secuelas. La red funciona con circuitos estandarizados de aviso, traslado y preaviso hospitalario, asegurando que cada equipo reciba la información antes de la llegada del paciente.

Fortalezas del protocolo y capacitación continua

Entre las principales fortalezas de la Red de Atención se encuentran:

– Derivación directa desde el SAME hacia hospitales con capacidad resolutiva.
– Activación formal del Código ACV con circuitos estandarizados.
– Protocolos clínicos unificados y monitoreo constante de los tiempos críticos.
– Capacitación continua de personal de emergencias, enfermería y guardias.
– Simulacros periódicos y seguimiento mediante indicadores de desempeño.

Cada año, alrededor de 1.500 personas sufren un ACV en la Ciudad. Por eso es fundamental conocer los síntomas de alarma y actuar de inmediato.

Síntomas de alarma: qué no hay que ignorar

Estar atentos a las señales puede marcar la diferencia. Algunos signos que requieren atención urgente incluyen:

– Dificultad repentina para hablar o entender lo que otros dicen.
– Pérdida súbita de fuerza en brazos, piernas o ambos.
– Boca torcida o dificultad para sonreír.

Si percibís cualquiera de estos síntomas en vos o en alguien cercano, llamá al 107 de inmediato. Cada minuto cuenta y la Red de Atención de la Ciudad está lista para actuar.

Gracias a la articulación entre hospitales, SAME y equipos especializados, la Ciudad ofrece un sistema integral que busca reducir secuelas y salvar vidas frente a un ACV.

Conocer esta red, sus protocolos y estar atentos a los síntomas permite que todos los vecinos puedan cuidar de sí mismos y de quienes los rodean, reforzando la prevención y la respuesta rápida ante emergencias médicas.

 

Por Pablo L.