Desde 1930, un café que guarda historias y secretos del barrio

En la esquina de Brasil y Defensa, el Bar Británico se erige como un símbolo del Parque Lezama, con sus mesas de madera gastada y su atmósfera que parece suspendida en el tiempo. Cada visitante que cruza su puerta siente que pisa un pedacito de historia viva del barrio.

Antes de llamarse Británico, este café comenzó como la pulpería “La Cosechera” en 1926. Su nombre actual proviene de los ex combatientes ingleses de la Primera Guerra Mundial que lo eligieron como su punto de encuentro, muchos de ellos empleados del Ferrocarril del Sud, que partía desde la cercana Estación Constitución.

Mesas que guardan creatividad y anécdotas

Abierto las 24 horas durante décadas, el Bar Británico se convirtió en un refugio para artistas, escritores y músicos porteños. Entre sus clientes ilustres se encontraba Ernesto Sábato, quien encontraba inspiración mientras miraba el Parque Lezama desde sus ventanales, trabajando en su emblemática novela “Sobre Héroes y Tumbas”.

Cada rincón del café parece tener su propia historia. Los murmullos de viejas conversaciones, los pasos de escritores y bohemios, todo forma parte del encanto que hace único al Británico.

Un Café Notable que resistió al tiempo y al cambio

Hace algunos años, cuando se rumoró que podría cerrar, el barrio entero se movilizó para salvarlo, demostrando que no es solo un lugar para tomar café, sino un verdadero patrimonio cultural y social de Buenos Aires.

Ser uno de los Cafés Notables de la Ciudad no es casualidad: sus mesas, su atmósfera y sus historias consolidan al Bar Británico como un espacio donde la tradición se entrelaza con la vida cotidiana, y cada visita es un encuentro con la memoria del barrio.

Vivir la historia en cada sorbo

Entrar al Bar Británico es como retroceder en el tiempo. Un café caliente entre las manos permite recorrer décadas de bohemia, charlas y risas que aún flotan en el aire. Cada detalle, desde la madera gastada de las mesas hasta la luz tenue, invita a sentir la esencia del barrio.

Vecinos y visitantes coinciden en que sentarse en una de sus mesas es más que un café: es un viaje sensorial por la historia de Parque Lezama, un lugar donde se cruzan generaciones y recuerdos que siguen vivos en cada conversación.

No te pierdas la oportunidad de descubrir este emblema de la cultura porteña, donde cada sorbo te conecta con la historia y la bohemia del barrio, y de vivir un rato auténtico, cargado de memorias y encanto.

 

Por Pablo L.