La Ciudad marca un hito: realizan la primera cirugía con realidad aumentada en el sistema público
Un hito médico que combina tecnología, precisión y el compromiso de los equipos de salud de la Ciudad
Una intervención histórica que acerca el futuro a los quirófanos del sistema público y abre la puerta a tratamientos más seguros y precisos.
Un logro que nace del trabajo en equipo
En una jornada que quedará grabada en la historia del Hospital General de Agudos Dr. Ignacio Pirovano, el equipo médico logró algo que parecía reservado para centros de altísima complejidad: una cirugía asistida con realidad aumentada, aplicada por primera vez en el sistema público porteño. Para quienes conocen el día a día de los hospitales de barrio, este **salto tecnológico** representa muchísimo más que una novedad; es la prueba de que la salud pública puede alcanzar estándares de primer nivel cuando se fortalece desde adentro, con equipos comprometidos y herramientas que acompañan.
La intervención —una resección de sarcoma sinovial— no fue una operación más. Con las gafas especiales de realidad aumentada, los profesionales pudieron ver la anatomía reconstruida del paciente como si estuviera flotando sobre el cuerpo real, guiándolos con una claridad impresionante. Esta superposición digital permitió anticipar movimientos, comprender volúmenes y actuar con una precisión quirúrgica que, en situaciones complejas, marca la diferencia entre un resultado bueno y uno extraordinario.
El aporte de la realidad aumentada a la medicina pública
La tecnología utilizada combinó imágenes de tomografías y resonancias para crear un holograma tridimensional visible en tiempo real. A simple vista, esto podría sonar futurista, pero en el quirófano del Pirovano se vivió de manera concreta: un recurso que les permitió a los médicos analizar capas internas del cuerpo sin necesidad de detenerse a revisar pantallas externas. La **información inmediata** mejoró la toma de decisiones y le dio al procedimiento una fluidez poco común en cirugías de alta complejidad.
Junto con las gafas se empleó un navegador quirúrgico que validaba cada movimiento y confirmaba la precisión del avance. Esta doble herramienta funcionó como un copiloto tecnológico que acompañó paso a paso al equipo, evitando márgenes de error y reforzando la seguridad del paciente. La combinación entre la experiencia humana y la asistencia digital abrió una puerta enorme a nuevas prácticas que podrían volverse habituales en un futuro cercano.
Profesionales que impulsan la innovación desde adentro
El procedimiento estuvo en manos del equipo del Dr. Gabriel Damiano junto al Dr. Lucas Ritaco, dos profesionales con trayectoria y un compromiso enorme con la salud pública. Para ellos, este logro no es un título ni una foto, sino un orgullo compartido con todos los que forman parte del hospital. La **dedicación silenciosa** de médicos, instrumentadores, técnicos y enfermeros es clave para entender cómo se llega a momentos como este, donde un hospital de la Ciudad se convierte en referencia tecnológica sin perder su espíritu comunitario.
Lo que ocurrió en el Pirovano no es un hecho aislado: forma parte de un camino más grande que viene recorriendo la salud pública porteña. La incorporación de tecnología de punta, el fortalecimiento de equipos y la formación continua son pilares que buscan mejorar la atención, no solo en lo visible sino también en esas decisiones clínicas que impactan directamente en la calidad de vida de miles de personas. Cada avance suma y, en este caso, el resultado se traduce en un procedimiento más seguro, mínimamente invasivo y mejor planificado.
Un hospital que crece sin perder su esencia
El Pirovano siempre fue reconocido por su cercanía con la comunidad, su calidez y su manera de acompañar a cada paciente como si fuera de la familia. Que un hospital con ese espíritu pueda dar un salto tecnológico de esta magnitud demuestra que es posible combinar humanidad y modernidad sin que una cosa opaque a la otra. De hecho, la gente del barrio suele destacar el trato, la escucha y ese ambiente donde cada profesional pone el cuerpo de verdad. Todo eso se potencia aún más cuando se suman herramientas que facilitan el trabajo y mejoran los resultados.
Hoy la realidad aumentada abre nuevas perspectivas para el futuro de la medicina pública: cirugías más seguras, análisis preoperatorios más detallados y diagnósticos con menor margen de error. Pero también trae algo más profundo: demuestra que la tecnología puede ser accesible, útil y transformadora cuando se integra de manera responsable. El hospital deja un mensaje claro: la salud pública puede innovar, crecer y sorprender sin abandonar su esencia de servicio.
Un paso adelante para toda la Ciudad
La implementación de esta técnica reafirma un camino que la Ciudad viene construyendo hace tiempo: apostar a la modernización sin descuidar lo humano. En un contexto donde la demanda es alta y los recursos muchas veces son un desafío, cada avance como este demuestra que el esfuerzo conjunto —desde la gestión, desde los equipos de salud y desde quienes todos los días sostienen los hospitales— vale la pena. Este **hito tecnológico** no solo posiciona al Pirovano como referente; también impulsa al sistema público a seguir creciendo con la misma determinación.
Para los vecinos, para los pacientes y para los profesionales que trabajan en la red de salud porteña, esta primera cirugía con realidad aumentada es un símbolo de lo que viene: un futuro donde la innovación no es un privilegio, sino una herramienta al servicio de todos. Y así, paso a paso, los hospitales públicos siguen demostrando que la excelencia también vive en sus pasillos, en sus quirófanos y en cada gesto cotidiano.





