Un templo que combina arquitectura, tradición y comunidad sobre Scalabrini Ortiz
Un punto de referencia espiritual en medio del movimiento porteño
Sobre la siempre agitada avenida Raúl Scalabrini Ortiz, a la altura del 1073, se levanta la Parroquia Nuestra Señora de la Consolación, un templo que resiste al paso del tiempo y al ritmo acelerado de la Ciudad. En pleno Villa Crespo, entre colectivos, comercios y veredas llenas de vida, esta parroquia aparece como un refugio para quienes buscan un momento de silencio, recogimiento o simplemente una pausa en medio del trajín diario.
A cargo de la Orden de Agustinos Recoletos, la parroquia no es solo un espacio de culto. Es también un lugar cargado de historia barrial, atravesado por generaciones de vecinos, celebraciones familiares, rituales de despedida y encuentros comunitarios que forman parte del ADN de Villa Crespo.
Arquitectura que impone respeto y transmite serenidad
Desde afuera, el edificio no pasa desapercibido. Su estilo neorrománico ecléctico se impone con sobriedad, sin estridencias, pero con presencia. La primera piedra fue bendecida en 1939 y el templo fue inaugurado en 1941, en una época en la que el barrio todavía estaba en pleno crecimiento y consolidación.
El campanario y el portal principal, de líneas firmes y simples, invitan a entrar. Y una vez adentro, la sensación es casi inmediata: el ruido de la avenida desaparece. El interior del templo ofrece un clima de paz muy valorado por fieles y visitantes, que encuentran allí un espacio propicio para la oración, la contemplación o el descanso espiritual.
El mantenimiento del edificio es otro de sus puntos destacados. Altares, bancos, imágenes y detalles arquitectónicos se conservan en muy buen estado, reflejando un cuidado constante por el patrimonio material del templo.
Vitrales, altares y símbolos que cuentan historias
Uno de los grandes tesoros de la parroquia son sus vitrales. Son treinta y cinco, realizados en los talleres de la casa Estruch de Buenos Aires, y no solo decoran: narran. A través de colores y figuras, representan escenas bíblicas y símbolos centrales de la fe cristiana, acompañando la luz natural que entra al templo.
Los altares laterales también tienen un fuerte valor simbólico y emocional para la comunidad. El dedicado a Santa Rita de Casia y el de Nuestra Señora de Luján concentran la devoción de muchos fieles, que año tras año renuevan allí promesas, agradecimientos y pedidos personales.
Una comunidad con raíces profundas
La Parroquia Nuestra Señora de la Consolación fue erigida canónicamente en 1928, originalmente bajo el nombre de “Mater Consolationis”. Desde entonces, formó parte de la vida cotidiana del barrio. Bautismos, comuniones, casamientos y despedidas se sucedieron durante décadas, dejando una huella emocional difícil de borrar.
No es raro escuchar historias de vecinos que fueron bautizados allí hace más de medio siglo y que todavía sienten a la parroquia como su casa espiritual. Esa continuidad generacional es uno de los grandes valores del templo y explica el fuerte sentido de pertenencia que muchos feligreses mantienen.
El Milagro de Salta: fe y cultura que se abrazan
Uno de los momentos más intensos del calendario parroquial es la celebración en honor al Señor y la Virgen del Milagro de Salta. Cada 15 de septiembre, la parroquia se transforma en punto de encuentro para la comunidad salteña en Buenos Aires y para numerosos devotos.
La jornada incluye misa solemne, procesión dentro del templo y una fuerte impronta cultural. Locro, empanadas y sabores del norte argentino se suman a la celebración religiosa, generando un clima de fiesta popular que fortalece los lazos comunitarios y mantiene vivas tradiciones que cruzan provincias y generaciones.
Luces y sombras en la experiencia pastoral
Como toda institución viva, la parroquia también enfrenta desafíos. En este caso, algunas críticas surgieron desde miembros históricos de la comunidad respecto a la gestión pastoral actual. La accesibilidad al párroco, el Padre Iván, es uno de los puntos más señalados.
Vecinos con décadas de pertenencia manifestaron dificultades para comunicarse con él, incluso durante los horarios de secretaría. Esta situación generó malestar y una sensación de distancia entre el sacerdote y parte de la comunidad.
Uno de los reclamos más sensibles tiene que ver con la cancelación de misas de difuntos solicitadas con antelación y con estipendio pago. Suspensiones avisadas con pocos días de margen afectaron a familias en momentos de duelo, generando una percepción de falta de acompañamiento pastoral y empatía.
Horarios y servicios para tener en cuenta
Para quienes quieran acercarse, participar de una misa o conocer el templo, estos son los horarios informados:
Misas
Lunes y feriados: 19:00 hs
Martes a viernes: 08:00 y 19:00 hs
Sábados: 09:00 y 19:00 hs
Domingos: 08:30, 10:00, 11:30 y 19:00 hs
Otros servicios
Confesiones: media hora antes de las misas vespertinas y los domingos antes de las celebraciones de 11:30 y 19:00 hs
Secretaría parroquial: lunes a viernes de 14:00 a 18:00 hs
Catequesis y grupos parroquiales bajo el carisma Agustino Recoleto
Una parroquia que refleja al barrio
La Parroquia Nuestra Señora de la Consolación es, en muchos sentidos, un espejo de Villa Crespo: historia, identidad, tradición y también tensiones. Su valor arquitectónico y espiritual es innegable, y el clima de paz que se respira puertas adentro sigue siendo uno de sus mayores atractivos.
Al mismo tiempo, los desafíos en la gestión pastoral invitan a reflexionar sobre la importancia del acompañamiento cercano y la comunicación fluida en comunidades con raíces tan profundas. La experiencia de cada fiel dependerá, en gran medida, de cómo se equilibren estos aspectos.
En medio del ruido de la Ciudad, la Consolación sigue siendo un lugar donde muchos vecinos buscan silencio, fe y un poco de alivio para el alma.




