Una obra esperada por el barrio que busca ordenar el tránsito y unir lo que las vías separaron durante años
Un cambio profundo en una esquina clave de la Comuna 10
En Villa Luro, donde las vías del tren siempre marcaron un antes y un después, la noticia empezó a correr de boca en boca: el Paso Bajo Nivel Irigoyen ya muestra avances concretos. No es un detalle menor para quienes cruzan todos los días entre Yerbal y Bacacay, ya sea para ir a laburar, llevar a los chicos a la escuela o simplemente volver a casa.
La obra propone un paso de doble mano que va a permitir cruzar por debajo del tren sin tener que esperar la barrera ni jugarse en un cruce peligroso. El objetivo es que moverse por el barrio deje de ser una complicación diaria, algo que los vecinos vienen reclamando desde hace años.
Durante una recorrida por el lugar, el Jefe de Gobierno Jorge Macri y el ministro de Infraestructura y Movilidad, Pablo Bereciartua, caminaron la zona y observaron cómo avanza la construcción. La presencia de funcionarios en el barrio volvió a poner el tema en agenda, algo que muchos celebran porque sienten que, por fin, la obra va en serio.
Más seguridad y menos demoras para todos
Uno de los puntos más valorados del nuevo bajo nivel es la seguridad. Los cruces a nivel siempre fueron un riesgo, tanto para autos como para peatones y ciclistas. Evitar esos cruces es clave para reducir accidentes, sobre todo en horarios de mucho movimiento.
Quienes manejan por la zona saben lo que es quedar atrapados varios minutos esperando que levante la barrera. Con el nuevo paso, esa postal empezará a quedar en el recuerdo. La fluidez del tránsito es uno de los cambios más esperados, especialmente para colectivos y vehículos que usan ese corredor a diario.
Además, el proyecto contempla un entorno más iluminado y accesible. No se trata solo de pasar en auto, sino de que caminar por ahí no genere miedo ni incomodidad. La idea es transformar un punto oscuro en un lugar más amable, algo que suma tranquilidad para todos.
Un paso que conecta y mejora la vida cotidiana
Más allá del tránsito, el bajo nivel también apunta a unir el barrio. Las vías siempre funcionaron como una frontera invisible, separando vecinos que viven a pocas cuadras. Eliminar esa barrera urbana ayuda a integrar Villa Luro y facilita los recorridos cotidianos.
Otro punto importante es el impacto ambiental. Menos autos detenidos significa menos ruido y menos humo en el aire. Reducir la contaminación es un beneficio que se siente en el día a día, sobre todo para quienes viven cerca del cruce.
Comerciantes de la zona también miran la obra con expectativa. Un tránsito más ordenado y continuo suele atraer más movimiento. Cuando el barrio se conecta mejor, la actividad local también crece, y eso se nota en los negocios de cercanía.
“Este paso bajo nivel va a cambiar la forma en que cruzamos el barrio todos los días”, comentó un vecino mientras miraba la obra.
Mientras las máquinas siguen trabajando, la sensación general es de espera, pero con optimismo. La obra del Paso Bajo Nivel Irigoyen representa una mejora concreta para una zona que necesitaba una solución de fondo y no parches temporales.
En Villa Luro, el avance se sigue de cerca, casi como un termómetro del barrio. Cada progreso alimenta la esperanza de moverse mejor y vivir más tranquilos, algo que no siempre llega, pero que esta vez parece estar más cerca.
Sin fechas inventadas ni promesas grandilocuentes, el bajo nivel avanza paso a paso. La expectativa es que el cambio se note y se sostenga en el tiempo, para que cruzar las vías deje de ser un problema y pase a ser parte de una rutina más simple.





