Murales porteños que mantienen viva la hazaña de Qatar en las paredes del barrio
La tercera estrella también se camina
Pasaron tres años desde aquella final inolvidable del 18 de diciembre de 2022, pero en Buenos Aires la emoción sigue latiendo fuerte. No quedó guardada solo en videos, camisetas o charlas de café. La consagración del Mundial también quedó pintada en la ciudad, en muros que se cruzan todos los días camino al laburo, a la escuela o a dar una vuelta.
Fachadas, persianas y medianeras se transformaron en una especie de álbum gigante al aire libre. Cada mural cuenta un pedacito de esa historia colectiva que todavía eriza la piel. La tercera estrella se volvió paisaje urbano, algo que no se mira de lejos, sino que se vive caminando.
En este nuevo aniversario del triunfo frente a Francia, Descubrir BA propone un recorrido especial por algunos de los murales más representativos dedicados a la Selección. Un paseo que mezcla fútbol, arte e identidad, y que atraviesa barrios como el Microcentro, San Telmo y Palermo.
El inicio: una imagen que se ve desde lejos
Un punto de arranque casi obligado está en la intersección de la Avenida 9 de Julio y Belgrano. Ahí se levanta “Puño en alto”, el mural monumental de Martín Ron. Son 35 metros de Lionel Messi festejando, una imagen que domina el entorno y ya es parte del paisaje cotidiano.
La obra no pasa desapercibida: se ve desde lejos, sorprende al que cruza por primera vez y emociona al que ya la conoce. La esquina se volvió una de las más fotografiadas, tanto por vecinos como por turistas que buscan llevarse un recuerdo distinto de la ciudad.
“Los murales se caracterizan primero por la riqueza visual, por la historia que queremos contar y por el lugar estratégico en el que se ubican, porque se trata de pintura popular”, explica Martín Ron.
El propio artista contó que el desafío fue lograr una imagen reconocible a la distancia, que impacte de golpe al que pasa. Una sorpresa urbana que dialoga con la memoria futbolera, como en su momento lo hizo el mural de Maradona sobre la avenida San Juan.
Palermo: diseño, arte y fútbol en la misma cuadra
El recorrido sigue por Palermo, un barrio donde el arte urbano forma parte del ADN. Allí aparecen varios murales mundialistas que invitan a frenar el paso. Las paredes también cuentan el partido segundo a segundo.
En Gorriti y Atacalco, Maic Bruera pintó “Minuto 122:43”. El nombre ya dice todo: es el instante exacto de máxima tensión en la final. Una obra que remite al suspenso colectivo, a esos segundos eternos frente al televisor.
A pocas cuadras, en Gorriti al 5300, el mismo artista firmó “Esto es desahogo”. Allí aparece Lionel Scaloni, retratado como símbolo de alivio y alegría. La imagen traduce la liberación después de tanta espera, esa sensación compartida por millones.
También en Palermo está “La esquina Messi”, de Maxi Bagnasco, en Darwin y Gorriti. El capitán levanta la Copa del Mundo en una escena que ya es parte del imaginario popular. Un mural que resume el momento soñado.
En Gurruchaga y El Salvador, Mauricio Pepey reunió a dos íconos eternos en “Maradona + Messi (II)”. Una pintura que une generaciones y provoca ese debate inevitable entre pasado y presente.
San Telmo y el pulso más barrial
El tramo final del recorrido lleva a San Telmo, donde los murales adoptan un tono más íntimo y barrial. En Bolívar al 900, Mario Abad pintó el gesto del Topo Gigio. Una celebración cargada de picardía y memoria popular.
A pocas cuadras, en Humberto 1° al 475, el mismo artista homenajeó a Ángel Di María con “Di María, corazón”. Un tributo al autor de uno de los goles más gritados de la final.
Estos murales no son solo decoración. Funcionan como marcas visibles de un acontecimiento que atravesó a toda la sociedad. La ciudad se volvió un museo a cielo abierto, donde la épica futbolera ya es parte del día a día.
Desde que Argentina ganó el Mundial, Buenos Aires sumó decenas de murales alusivos al triunfo. Tres años después, la tercera estrella sigue hablando desde las paredes, recordándonos que esa alegría todavía camina con nosotros.





