Gándara, Morlote, Rodney y otras calles que invitan a descubrir el alma del barrio a través de sus nombres

Nombres que guardan historias olvidadas

Caminar por los barrios de la Comuna 15 —Villa Crespo, Agronomía, Chacarita, La Paternal, Parque Chas y Villa Ortúzar— es encontrarse con calles que suenan raro, que llaman la atención por sus nombres poco comunes o difíciles de pronunciar. Pero detrás de esos carteles azules hay historia, homenaje y hasta misterio.

Muchas de estas calles tienen nombres que honran a personajes olvidados, lugares remotos o situaciones poco conocidas. Otras parecen salidas de una novela de ciencia ficción. Lo cierto es que cada una tiene una razón de ser, y conocerla ayuda a sentir más nuestro el barrio.

Rodney: el marino inglés que vive en Chacarita

La calle Rodney atraviesa el corazón de Chacarita y es conocida por el mítico bar homónimo donde suenan bandas en vivo y se filman películas. Pero ¿quién fue Rodney? George Rodney fue un almirante británico del siglo XVIII, famoso por su rol en batallas navales contra los franceses. ¿Por qué su nombre en pleno barrio porteño? Nadie lo sabe con certeza, pero suena potente y dejó marca.

Hoy, la calle Rodney combina historia y bohemia. En pocos metros se mezclan casas bajas, centros culturales y el famoso bar donde el rock se cruza con el recuerdo de un marino lejano.

Gándara: un homenaje a la medicina rural

Gándara atraviesa Parque Chas y tiene una sonoridad especial. El nombre proviene del doctor Antonio Gándara, un médico argentino que se destacó en la atención sanitaria del campo bonaerense en el siglo XIX. Fue pionero en programas de salud rural y su figura fue reconocida con el nombre de esta calle, que hoy serpentea entre las curvas del barrio más laberíntico de la Ciudad.

El Dr. Gándara también da nombre a un hospital psiquiátrico en la provincia de Buenos Aires. Así, su legado sigue vivo en calles, instituciones y en la memoria barrial.

Morlote: el apellido que se hizo esquina

Morlote es otra calle que llama la atención por su sonoridad. Está en Villa Ortúzar, una de esas calles cortas que pasan desapercibidas pero tienen peso simbólico. Su nombre recuerda a Nicolás Morlote, un inmigrante español que participó de luchas políticas a favor del federalismo porteño en el siglo XIX. Fue parte de las primeras juntas vecinales y figura poco recordada de la historia local.

Los vecinos mayores todavía llaman «la cortada de Morlote» a ese tramo que parece un pasaje, casi escondido, pero con una identidad muy propia.

Yapa: otras calles curiosas para explorar

En Parque Chas, la rareza se vuelve norma. Calles como Berlín, Marsella, La Haya o Varsovia conviven en una trama circular que desorienta a cualquier GPS. Es el único barrio de la ciudad donde las calles se cruzan varias veces consigo mismas. Pero también hay otras perlas como Bauness, Roseti, Heredia o Fraga, cuyos nombres remiten a estancieros, médicos, músicos o activistas del pasado.

Cada calle es una puerta a una historia. Y cada nombre, una excusa para mirar el barrio con otros ojos. Porque conocer los nombres es también conocer quiénes fuimos.

 

 

Por Pablo L.