Un ícono infantil que, desde Chacarita y Urquiza, dejó huella en los recuerdos barriales

Un vecino famoso que cruzaba al barrio

Entre las figuras populares que marcaron la memoria colectiva de Agronomía, Carlitos Balá ocupa un lugar especial. Aunque nacido y criado entre Chacarita y Villa Urquiza, su presencia en el Club Comunicaciones y en distintas actividades barriales lo acercó a varias generaciones de vecinos.

Durante los años ’80, cuando las peñas, kermeses y festivales del barrio reunían a familias enteras, Balá era un invitado frecuente en los eventos infantiles organizados en el Club Comunicaciones. Allí, con su estilo inconfundible, arrancaba sonrisas y carcajadas con solo aparecer en escena.

“¿Qué gusto tiene la sal?”, preguntaba Balá, y un coro de voces infantiles respondía a los gritos: “¡Salaaaaada!”

El rey de la ternura en escena

Balá no era un humorista más: su magia estaba en la cercanía con el público. No necesitaba grandes escenografías ni efectos especiales: bastaba su gestualidad exagerada, su voz aguda y sus ocurrencias para que los chicos lo sintieran como un amigo de la tele que, de pronto, estaba ahí, en el club de su barrio.

En los actos escolares, no era raro que se imitara alguna de sus frases famosas o se repitieran sus latiguillos. “Sumbudrule” o “un gestito de idea” formaban parte del vocabulario cotidiano de muchos chicos que crecieron en la Agronomía de aquellos años.

Comunicaciones, su puente con Agronomía

El Club Comunicaciones, ubicado a pasos de la Facultad de Agronomía, era en esa época uno de los escenarios predilectos para espectáculos familiares. Allí no solo se practicaba deporte: se organizaban festivales, ferias y celebraciones donde el humor de Balá siempre tenía lugar.

Para muchos vecinos, esos días de espectáculo eran inolvidables. Padres que hoy peinan canas recuerdan llevar a sus hijos al club y ver cómo los chicos se acercaban tímidamente a pedirle un saludo o una foto. Balá, fiel a su estilo, se agachaba para estar a la altura de ellos y respondía con un chiste o una ocurrencia.

Un referente de infancia sana

En tiempos sin redes sociales ni celulares, los ídolos infantiles llegaban a través de la televisión y las visitas presenciales a los barrios. Balá representaba una infancia llena de inocencia, juego y ternura, valores que transmitía con coherencia en sus apariciones públicas.

Su humor no se basaba en burlas ni agresiones, sino en la exageración simpática, el absurdo inocente y la complicidad con el público. Por eso, su figura trascendió generaciones y hoy todavía es recordado con cariño por quienes lo vieron en vivo en Agronomía.

Un legado que sigue vivo

Aunque su carrera abarcó décadas y escenarios muy diversos, Balá dejó una marca especial en el sur de Villa Urquiza, Chacarita y Agronomía. Sus visitas al Club Comunicaciones son parte de la memoria emotiva de un barrio que lo recibió como a uno más.

Hoy, su imagen sigue apareciendo en murales, homenajes y recuerdos compartidos en redes sociales. Para muchos, escuchar “¿qué gusto tiene la sal?” es volver de golpe a los recreos, a las meriendas en familia y a los festivales del club.

Carlitos Balá no solo fue un humorista: fue un vecino de la gran Buenos Aires que entendió que la risa y la ternura podían cambiar un día entero. Y en Agronomía, esa huella sigue viva en quienes crecieron con su alegría.

 

Por Pablo L.