Vecinos de la Comuna 15 ya disfrutan de un espacio recuperado con más verde y propuestas deportivas
Un rincón que volvió a latir
La Plazoleta Roberto Santoro reabrió con una puesta en valor integral que le cambió la cara a la esquina de Av. Forest y Teodoro García, en plena Comuna 15. Lo que antes era un paso al apuro hoy invita a frenar, respirar y moverse, con más verde, mejor organización del espacio y un perfil bien barrial.
La intervención apuntó a aumentar la superficie verde y absorbente, algo clave en una ciudad que necesita sombra y suelo que trague agua cuando diluvia. El trazado quedó más amable, con senderos claros y sectores de estar para quedarse un rato sin que todo sea pasar y salir corriendo.
De patio en desuso a zona de calistenia inclusiva
La novedad que más entusiasma es el sector de calistenia inclusiva, instalado en el lugar del viejo patio de juegos que ya no se usaba. Barras, puntos de apoyo y un diseño pensado para que puedan entrenar personas de distintas edades y capacidades, recuperan metros que estaban apagados y los ponen a disposición del movimiento.
A cualquier hora aparecen escenas bien de barrio: vecinos que hacen entrada en calor, grupos que arman una rutina con mate de por medio, y pibes que prueban dominadas como desafío entre risas. La plazoleta deja de ser “de paso” y pasa a ser un punto de encuentro con nombre y apellido.
Más descanso, más cuidado, más barrio
La obra sumó nuevos sectores de descanso para sentarse a charlar, leer o simplemente mirar cómo se mueve el barrio. Bancos, orden en la circulación y un esquema que combina estar y entrenar ayudan a que convivan quienes van a ejercitar y quienes solo quieren bajar un cambio.
Para reforzar la seguridad se cerró el perímetro con un enrejado nuevo, una decisión que cuida el equipamiento y ordena los horarios de uso sin romper la convivencia con la vereda. El resultado es un espacio público más claro, sin rincones perdidos ni sectores que se degraden rápido.
Un homenaje que vuelve a decir presente
La plazoleta lleva el nombre de Roberto Santoro, poeta y militante popular desaparecido durante la última dictadura cívico-militar. La reapertura no solo mejora el ambiente urbano: también resignifica el homenaje, porque cada encuentro, cada clase improvisada y cada charla vuelve a traer su memoria al presente.
Cuando un espacio público suma vida, la memoria encuentra modos cotidianos de estar: en la ronda de estiramientos, en el saludo entre vecinos, en los chicos que preguntan quién fue Santoro y descubren que el barrio también se cuenta con poesía.
Cómo se usa, quiénes lo disfrutan
La calistenia tiene esa ventaja de la economía barrial: cero cuota y mucha voluntad. Con el propio peso del cuerpo alcanza para armar una rutina completa, y la plaza ofrece el piso y la estructura. Madrugadores, estudiantes, laburantes que cortan la tarde y jubilados que estiran la espalda, todos encuentran su horario.
Para quienes recién empiezan, la clave es ir de a poco: calentar articulaciones, trabajar con repeticiones cortas, descansar y volver. No se trata de romper récords sino de moverse sin romperse, escuchando al cuerpo y respetando al otro que comparte el espacio.
Más verde, mejor ciudad
El aumento de superficie absorbente no es detalle menor: significa menos charcos eternos y más sombra en verano. Con árboles y canteros bien puestos, la esquina respira distinto. Y cuando baja el sol, el aire corre mejor entre hojas y bancos, regalando ese ratito de frescura que la Ciudad tanto agradece.
La puesta en valor demuestra que con obras puntuales se logran impactos reales en la vida cotidiana: se ordena, se cuida y se invita a estar. El barrio gana calidad de encuentro, y la gente vuelve a elegir el espacio público como sala de estar compartida.
Una invitación abierta
Si vivís por la zona o pasás seguido, date una vuelta y probá una rutina corta: tres series suaves, respirando hondo, caminata de recuperación y un ratito de banco para aflojar. No hace falta más que eso para que el cuerpo agradezca y la cabeza se despeje.
La reapertura de la Plazoleta Roberto Santoro es una buena noticia de esas que se sienten en la vereda: más verde, más movimiento y más comunidad. Un gesto simple y concreto que suma salud, encuentro y memoria a la vida diaria de la Comuna 15.
“Cuando una plaza se llena de gente, el barrio respira mejor: el espacio público vuelve a ser de todos.”