El 14 de septiembre se celebrará con “Filete en expansión” en el Centro Cultural 25 de Mayo (Av. Triunvirato 4444), entrada gratuita y exhibición hasta mediados de octubre

Una celebración que mira hacia adelante

Este 14 de septiembre la Ciudad se vestirá de filete para homenajear a quienes mantienen viva esta tradición, con una muestra pensada para que cualquiera pueda acercarse sin vueltas, mirar de cerca las obras y llevarse a casa un pedacito de identidad porteña.

La propuesta se llamará “Filete en expansión” y abrirá sus puertas en el Hall Principal del Centro Cultural 25 de Mayo, sobre la avenida Triunvirato 4444, con entrada libre para que vecinos, curiosos y turistas se sumen sin pagar un peso.

La muestra podrá visitarse hasta mediados de octubre y promete un recorrido amable, bien barrial y cercano, ideal para ir en familia, con amigos o incluso solo, para perderse un rato entre flores, volutas y letras que parecen cantar tangos.

Qué se verá y por qué importa

El corazón de la exposición serán las tablas originales ganadoras del Concurso de Filete Porteño 2024, esas mismas piezas que sirvieron de base para intervenir los buses turísticos de la Ciudad y convertirlos en lienzos sobre ruedas que ya anduvieron paseando color por avenidas y diagonales.

Ver esas tablas en reposo, a un metro de distancia, permite descubrir el pulso del pincel, los detalles mínimos y la mano paciente que hay detrás de cada flor, cada filete, cada frase que guiña el ojo desde el esmalte brillante.

Organiza el Ministerio de Cultura porteño y el objetivo es claro: acercar un símbolo bien nuestro a la vida cotidiana de quienes caminan la Ciudad, sin solemnidad, con alegría y la simpleza de una esquina donde se cruzan historias.

“El filete porteño no es adorno: es la manera en que Buenos Aires se escribe a sí misma con pincel y esmalte.”

El fileteado nació a fines del siglo XIX en los carros de reparto y después se subió a los colectivos, con colores que estallan, líneas que se enroscan y tipografías que inventan estilo; con el tiempo saltó a persianas, bandoneones, vidrieras, murales y hasta remeras.

No es solo técnica: es un lenguaje popular que mezcla humor, devociones y frases sabias, ese tono canchero que te saca una sonrisa en plena vereda y a la vez te hace sentir que estás parado en Buenos Aires y en ningún otro lugar.

La fecha del 14 de septiembre no es capricho: recuerda la primera gran muestra de fileteado en la Galería Wildenstein, en 1970, un hito que sacó la tradición de los talleres y la puso de frente en la escena cultural.

Los y las artistas que darán que hablar

Para esta edición del concurso, el jurado seleccionó a diez talentos que intervendrán los buses turísticos y serán protagonistas de la exposición: Elvio Gervasi, Gustavo Daniel Rodríguez, Diego Martín Prenollio, César Antonio Chávez y Matías Kavu encabezan la lista con estilos bien marcados.

La nómina se completa con Silvia Dotta, Paula Di Pietro, Christian Martin Loidí, Yaku (Aixa Macarena Villalba) y Febuey (Ariel Fernando Rossjanski), nombres que vienen empujando fuerte la escena con mezcla de oficio clásico y juego contemporáneo.

Además habrá participación especial de Ceci Calvet, invitada para sumar su mirada y su mano afinada, una de esas presencias que elevan el conjunto y dejan ganas de seguir mirando un rato más.

Las obras que verás en el 25 de Mayo vendrán de circular por la Ciudad sobre los buses, como si la calle fuese un gran museo a cielo abierto; ahora tocará verlas quietas, respirarles cerca y descubrir sus secretos sin apuro.

Por qué el filete nos representa

El fileteado creció al ritmo del barrio: se nutre de talleres, de maestros y aprendizajes de oficio, de frases de almacén, santos populares, corazones ardientes y banderas que cuentan pertenencias sin necesidad de gritar.

Hay algo del humor porteño que vive en esas letras torneadas, un guiño picaresco que convive con la melancolía del bandoneón, y que por eso mismo dialoga tan bien con visitantes que llegan en plan turístico y con vecinos que vuelven de hacer las compras.

Quienes se acerquen el 14 de septiembre van a encontrarse con una muestra abierta, sin vueltas: nada de cordones que alejan al público ni carteles incomprensibles; la idea es mirar, comentar, sacarse una foto y sentir que el arte también se hace en casa.

La entrada será gratuita porque la cultura barrial necesita puertas abiertas y horarios amigables, de esos que invitan a pasar aunque solo tengas un ratito libre entre una cosa y la otra.

Cómo, cuándo y dónde

La cita será en el Centro Cultural 25 de Mayo, en su Hall Principal de Av. Triunvirato 4444, en Villa Urquiza, un edificio querido por los vecinos que ya es un clásico para actividades que mezclan memoria, arte y encuentro.

Se celebrará el Día del Fileteador Porteño el 14 de septiembre, y la muestra podrá visitarse luego hasta mediados de octubre; conviene chequear los horarios del espacio cultural para organizar la salida con tiempo y sin corridas.

Si vas en familia, el recorrido es corto, accesible y pensado para que los chicos también se enganchen; si vas solo, es una linda excusa para frenar la semana y regalarte un rato de colores y frases que pegan en el corazón.

Ojo con un detalle: las fotos siempre son bienvenidas si no invaden el paso ni tapan a nadie; una imagen frente a tu filete preferido es la mejor postal para subir a redes y contagiar ganas de acercarse.

Un puente entre tradición y presente

El concurso de este año llegó en el marco del aniversario de la segunda fundación de Buenos Aires, una oportunidad para mirar el filete no como cosa del pasado sino como arte en expansión, capaz de subirse a un bus, a una puerta de chapa o a una guitarra criolla.

En tiempos donde todo va rápido, parar a mirar cómo una flor se construye con capas finas de color es casi un acto de rebeldía mansa, de esas que nos reconcilian con el barrio y sus ritmos más humanos.

El 14 de septiembre será una buena chance para agradecer a los y las fileteadoras, gente que sigue aprendiendo, enseñando y dejando herencia en talleres de toda la Ciudad, desde galpones escondidos hasta centros culturales que abren la puerta cada fin de semana.

Después, cuando la muestra quede montada hasta mediados de octubre, quedará ese plan sencillo de barrio: darse una vuelta y volver a emocionarse; porque a veces lo que hace falta es apenas una hora mirando arte para sentir que el día cambió de color.

 

Por Pablo L.