Hablar, acompañar y estar presentes en sus vidas online
Cada 13 de noviembre se recuerda una fecha que, aunque muchos pasan por alto, tiene un peso enorme para todas las familias: el Día Nacional de la Lucha contra el Grooming. Es un día para frenar la rutina, mirar un poco más de cerca cómo usan internet los pibes y entender que la maldad puede entrar por la pantalla más rápido de lo que imaginamos.
“7 de cada 10 chicos no saben qué es el grooming”
A veces creemos que si un chico está “en casa y con el celu” está todo bajo control. Pero la realidad es que el grooming es un delito donde un adulto se hace pasar por alguien más, gana confianza y termina vulnerando la intimidad de un menor. Y lo más preocupante es que este tipo de engaños ocurre en los mismos lugares donde los chicos se sienten más seguros: redes, chats, juegos y apps que usan todos los días.
El 13 de noviembre no se eligió al azar. Ese día, en 2013, se sancionó la Ley 26.904, que incorporó el grooming al Código Penal. Fue un paso clave, porque puso un nombre, un marco y una herramienta legal para combatir un problema que ya estaba creciendo, pero que pocos reconocían. Desde entonces, la fecha funciona como un recordatorio para que no nos hagamos los distraídos.
En estos últimos años, organizaciones como Red Grooming LATAM recorrieron escuelas, plazas y barrios de toda la región para hablar cara a cara con chicos y chicas. Durante ese trabajo juntaron más de 28.000 encuestas, y los datos que surgieron son un baldazo de agua fría: los nenes entre 9 y 13 años son los más expuestos, muchas veces porque navegan solos o porque sienten que “no les va a pasar nada”. La confianza inocente de esa edad es justamente lo que los vuelve más vulnerables.
Entre los números más duros aparece uno que debería ponernos en alerta: “7 de cada 10 pibes no saben lo que es el grooming”. Y si no saben identificarlo, tampoco tienen forma de pedir ayuda a tiempo. A eso se suma otro dato fuerte: “6 de cada 10 chicos admiten haber hablado con desconocidos por redes o juegos online”. Ahí queda claro que la mezcla entre curiosidad, ingenuidad y acceso ilimitado puede ser explosiva.
La pregunta que aparece enseguida es obvia: ¿qué hacemos como adultos? ¿Cómo los acompañamos sin invadir ni convertir sus pantallas en un campo de batalla? Lo primero es simple: hablar. Un diálogo tranquilo vale más que cualquier sermón. Lo segundo es marcar horarios y límites, no como castigo, sino para que entiendan que internet también necesita reglas. Y lo tercero es estar cerca, atentos, disponibles para que siempre sepan que pueden pedir ayuda sin miedo.
Hay familias que usan controles parentales; otros prefieren revisar juntos el celu o la compu; y hay quienes charlan un rato por día sobre lo que hicieron online. No hay una sola forma correcta, pero sí hay algo en común: acompañar con presencia real. Porque muchas veces los chicos no necesitan un filtro, sino un adulto que escuche, pregunte y no juzgue. El acompañamiento es la herramienta más poderosa que tenemos.
Las campañas de concientización ayudan, los datos sirven y las leyes son fundamentales, pero la primera barrera siempre está en casa. El grooming se puede prevenir, pero para eso hace falta romper el silencio y hablar del tema sin vergüenza ni miedo. Y esta fecha, cada 13 de noviembre, vuelve para recordarnos justamente eso: si no lo hablamos entre nosotros, otros van a aprovechar ese silencio.
El objetivo no es asustar a nadie, sino empoderar a los chicos para que manejen sus redes con más seguridad, y que sepan que no están solos, que cualquier situación rara se puede frenar, denunciar y acompañar. Cuando entendemos eso, la pantalla deja de ser un riesgo y se vuelve una herramienta que suma, no que resta.
Desde escuelas, familias, organizaciones y hasta las propias plataformas digitales, todos tenemos un rol. Y si hay algo que deja en claro esta fecha es que nadie está afuera del tema. Hacer visible el grooming es el primer paso para frenarlo, y esa tarea nos incluye a todos.
Hablemos con los pibes. Acompañemos sus tiempos y sus espacios digitales. Mostrémosles qué es el grooming de verdad. Y recordemos siempre que identificar a tiempo puede evitar un daño enorme.





