Un rincón de Villa Crespo recupera brillo con nuevos juegos, sombra, veredas mejoradas y una historia barrial que sigue viva
Un espacio de encuentro que vuelve a ponerse en valor para las familias del barrio
Juego seguro, materiales nuevos y un entorno más cómodo para disfrutar todo el día
“Los chicos ahora juegan tranquilos y nosotros también, porque quedó todo más seguro y lindo”, contó una vecina mientras recorría el nuevo espacio.
La Plazoleta de la Amistad, querida por las familias de Villa Crespo, acaba de estrenar un patio de juegos renovado de punta a punta, un cambio que se nota apenas uno se acerca y que responde al pedido de muchos vecinos que querían un espacio más seguro, cómodo y preparado para la infancia, donde los chicos puedan jugar sin riesgos y los grandes puedan descansar con tranquilidad.
Los trabajos incluyeron una transformación integral del área recreativa, empezando por algo fundamental: el suelo. Así, el antiguo sector de arena fue reemplazado por un solado de caucho antigolpes, una superficie mucho más segura para correr, trepar y caerse sin lastimarse tanto, porque cada mejora apunta a que los más chicos puedan moverse con libertad y protección.
Además del nuevo piso, se incorporaron juegos especialmente pensados para la primera infancia, fabricados con materiales duraderos y resistentes, esos que toleran lluvias, sol fuerte y el uso constante de los chicos del barrio, para que el espacio se mantenga en buenas condiciones durante mucho más tiempo.
Otro punto muy celebrado por quienes pasan varias horas al aire libre es la instalación de nuevas estructuras de sombra, fundamentales para que el área de juegos pueda usarse cómodamente incluso en los días de calor fuerte, asegurando que las familias encuentren un respiro y puedan quedarse más tiempo sin sufrir el sol directo.
Como parte de este trabajo integral, también se intervino el entorno inmediato de la plazoleta: veredas renovadas, cestos nuevos y un orden general que le da más funcionalidad al espacio, pensado para que el uso diario sea más cómodo y para que la estética del lugar acompañe la vida cotidiana del barrio.
Todo esto forma parte de un esfuerzo mayor para recuperar pequeños rincones verdes dentro de los barrios, esos lugares que muchos usan sin pensar demasiado pero que, cuando están cuidados, ayudan a mejorar la convivencia y a reforzar el sentido de pertenencia de quienes viven alrededor.
Y si hablamos de pertenencia, Villa Crespo es un barrio que sabe bien lo que es reinventarse. Su historia arranca allá por fines del siglo XIX, cuando se asentó alrededor del Molino Harinero “El Progreso”, una fábrica enorme que marcó el inicio de su identidad obrera, con trabajadores, talleres y comercios pequeños que le dieron vida a estas calles donde la cultura del laburo y la convivencia siempre fueron parte del ADN barrial.
Con el pasar de las décadas, Villa Crespo mezcló sus raíces industriales con una fuerte presencia de colectividades, clubes sociales y murga, además de su cercanía con el histórico estadio de Atlanta, que se volvió un símbolo para generaciones de familias que crecieron alentando en la cancha, porque el barrio siempre fue un punto de encuentro entre vecinos que se conocen de toda la vida.
Hoy, la renovación de la Plazoleta de la Amistad se suma a esa tradición de recuperar lo propio, de cuidar lo que es de todos, un gesto que parece simple pero que tiene impacto real en la vida diaria, porque cada espacio público puesto en valor devuelve calidad de vida y ganas de habitar el barrio.
La plazoleta, además de ser un punto de juego, se convierte así en un rincón donde se sigue escribiendo la historia de Villa Crespo: la de los chicos que empiezan a hacer amigos, la de los abuelos que vienen a verlos jugar, y la de quienes encuentran en estos espacios urbanos un ratito de calma en medio del ritmo porteño, demostrando que los lugares públicos también son memoria y futuro.
Con mejores juegos, más seguridad, sombra, veredas nuevas y mobiliario en condiciones, la Plazoleta de la Amistad queda lista para recibir a quienes la eligen todos los días y para que nuevas generaciones crezcan sintiéndose parte de un barrio que sigue apostando por espacios públicos cuidados y abiertos a todos.





