En un mundo donde todo tiende a ir cambiando todo el tiempo, llega a la Argentina una idea que va a dar que hablar.
Se viene la nueva era de los bancos-café, serán sucursales con bar, Wi-Fi libre y ninguna caja.
Los Bares están abiertos durante la noche y permiten que la gente vaya a tomar algo, trabajar y operar en máquinas de autoservicio.
Ya hay uno operativo en la Ciudad, esta semana abrió la primera en Recoleta y llegan otras tres antes de fin de año.
Los clientes tienen la oportunidad de tomar algo en el primer banco-café de Buenos Aires. De fondo, los cajeros automáticos. (
A partir de esta semana, ir al banco a trabajar con una notebook, a almorzar o incluso a hacer un “after office” con amigos se convirtió en algo posible en la Argentina, tal como sucede hace años en otros países del mundo y de la región.
Esta nueva modalidad se debe al desembarco de un nuevo formato de sucursales bancarias que, buscando atraer al público más joven, se alejan radicalmente del tradicional modelo centrado en una línea de cajas y salas de espera aisladas del mundo exterior por razones de seguridad.
Una propuesta que ya tiene su primer ejemplo en acción y que sumará al menos otros tres antes de fin de año.
Este nuevo sistema de bancos, atienden cada día mucho más allá de las 15, y también en fines de semana y feriados. Locales que, para operaciones financieras, sólo ofrecen cajeros automáticos, máquinas de autoservicio y computadoras para usar home banking.
Todos los servicios se incluyen, tras un aval específico que el Banco Central dio en febrero, tanto una oferta gastronómica como salas con mesas para hacer reuniones, trabajar en modalidad “coworking” y asistir a actividades culturales y educativas. Son ámbitos donde usar la tecnología y conectarse a Internet, lejos de estar prohibido, es casi la consigna: para eso, se facilita conexión Wi-Fi para todos.
El primer “banco-café” acaba de abrir en Recoleta, en la esquina de Billinghurst y Av. Las Heras, y fue presentado en sociedad este jueves.
Esta idea que parece totalmente rara y loca, fue posible del fruto de una alianza con exclusividad al menos por dos años entre el Banco Galicia y la cadena multinacional de cafeterías Starbucks.
En la imagen se puede ver como una clienta utiliza servicios de banca electrónica, en el primer banco-café de la Ciudad. Una empleada la asesora.
La sucursal, en su diseño, fusiona y hace convivir la estética y los servicios que caracterizan a ambas empresas. En una recorrida por este comercio de 282 m2 en dos plantas, según el rincón, la impresión puede ser por momentos la de estar en una cafetería, con su típico mostrador y sillones con mesitas, o bien la de hallarse en un lobby bancario común, en el rincón de los cajeros automáticos.
“La idea es que cualquier persona, no sólo nuestros clientes, puedan venir a tomar algo en el horario que le quede cómodo, distenderse y de paso usar los cajeros, además de asesorarse si lo desea con un oficial sobre nuestras cuentas, préstamos y otros productos, con un café de por medio”, resumió Diego Baccini, gerente de Sucursales de la entidad, que ya se venía acercando al concepto con la reciente inauguración de una veintena de puntos de atención “automatizados”, sin cajas.
Los que vienen
El recién abierto es el primer banco-café, pero no será el único. En paralelo, otras importantes entidades están ultimando los detalles para lanzar propuestas similares.
El Santander Río, por ejemplo, adelantó a que abrirá antes de fin de año dos sucursales con bar y áreas de trabajo colaborativo bajo la marca “Work/Café”. Una de ellas estará en Recoleta. Traerán así el modelo que expanden en Chile desde 2016 y que ya tiene allá unas 25 sucursales.
A su vez, el Banco Macro tiene planeado abrir, a comienzos de diciembre, su primera sucursal con café. Estará en la Torre Macro de Retiro, donde trabajarán 2.500 personas, y en ese caso el proveedor gastronómico será la cadena Havanna, según confirmaron fuentes de la entidad.
El Comafi, en tanto, viene ya avanzando en la misma dirección, aunque por ahora entre sus clientes de mayor ingreso: abrió desde marzo tres salas con Wi-Fi, mesas y máquinas de café que pueden usarse para “coworking” (en Barrio Norte, Quilmes y Salta) y prevé llegar a ocho hacia diciembre. “La idea es que cumplan el rol de oficinas para los clientes”, contaron.
Mientras que otras entidades proyectan abrir estas “sucursales del futuro” con cafetería a partir del 2019. En el ICBC, por ejemplo, contaron que preparan para abrir su primer local sin cajas, en Puerto Madero, como los que tiene en China desde 2014.
Y adelantaron que piensan en “hacer un acuerdo con alguna marca de café para traer más gente, a un ambiente más relajado, con Wi-Fi”.
Se trata de una tendencia que promete llegar pronto también a los bancos públicos, que también están avanzando hacia sucursales “automatizadas” sin cajas y abiertas incluso a dar servicios de bar y recreativos.
En el caso del Banco Ciudad, sumaron este año tres “espacios digitales” en el centro y en Núñez, con horarios extendidos que llegan a las 20 y áreas dedicadas por ejemplo a exposiciones de obras de arte.
“Asimismo, el banco se encuentra analizando la posibilidad de avanzar con proyectos vinculados a espacios gastronómicos y culturales, en su nueva torre de la calle Maipú 326”.