Las expectativas de Cambiemos ya eran acotadas y quedaron todavía más achatadas por el nuevo corcoveo del dólar que marcó una semana con los nervios de punta en la economía en la previa de la elección. En el Gobierno se conformaban con que José Corral superara el 20% con el objetivo de crecer de cara a las generales del 16 de junio. Para conseguirlo tendrá que resistir la polarización entre Antonio Bonfatti y Omar Perotti, con el riesgo de fugas de votos: el candidato de Mauricio Macri quedó lejos, detrás del socialismo y el vencedor de la interna peronista.
Marcos Peña y Rogelio Frigerio siguieron la elección con atención. En el comienzo del conteo Corral estaba por debajo de los 20 puntos, con cerca de la mitad de los votos que Bonfatti, pero desde Santa Fe aseguraban que la carga había arrancado con zonas favorables al socialismo. “Hicimos buena elección, mejor de lo que está dando ahora”, sostenían entrada la noche.
A diferencia de la mayoría de las campañas provinciales de este año, Macri y los principales funcionarios se involucraron en la tercera provincia más populosa del país (un padrón de 2.699.708) y de la región centro, clave para el triunfo de Cambiemos en 2015 y con un amplio triunfo en las legislativas de 2017. El Presidente viajó a respaldar a Corral, lo mismo que Peña, Frigerio, Patricia Bullrich y Horacio Rodríguez Larreta. También Elisa Carrió, con declaraciones controvertidas al ligar al socialismo con bandas de narcotraficantes.
“El objetivo es que Corral pueda estar en la discusión pensando en las generales como ha pasado en 2011 y 2015, pero el escenario es distinto, más complejo. En el peronismo hay una unidad que antes no había”, decía anoche un funcionario con la mirada en Santa Fe. La volatilidad del dólar en pleno cierre de campaña como otro reflejo de la falta de resultados en materia económica también tuvo su influencia, evaluaron en el Gobierno.
Neuquén, Río Negro, La Pampa, San Juan, Chubut y Entre Ríos tampoco habían dado motivos de festejo a Cambiemos y el Gobierno en las dos primeras se conformó con que los oficialistas derrotaran a los candidatos kirchneristas. Para celebrar un triunfo Macri acaso tendrá que esperar a los comicios en Jujuy, el 9 de junio, en los que Gerardo Morales buscará continuar al frente de la provincia.
Antes de que el escrutinio provisorio mostrara una carga significativa en Cambiemos ya preparaban los argumentos para generar expectativa de cara al 16 de junio, con un punteo con datos de elecciones anteriores para reflejar que entre las primarias y las generales hubo variaciones considerables. Que Miguel Del Sel sacó 241 mil votos en las PASO de 2011 y luego llegó a 615 mil o que en 2015 nadie anticipó el virtual “triple empate” en el que Lifschitz se impuso por una diferencia mínima.
Los argumentos también remitieron a las “particularidades” del contexto nacional y la semana negra de los mercados y por ese motivo estimaron que el porcentaje de Corral será un “piso” para Macri en la provincia.
“Hay mucha gente que recién hoy nos está conociendo, es nuestra primera elección. Vamos a recorrer la provincia para decir entre todos que podemos, que no nos vamos a resignar. Lo de hoy fue nada más que un escalón”, aseguró Corral a las 21.30.
El Gobierno también miraba los resultados en las intendencias con el objetivo de retener Santa Fe (con Albor Cantard) y sumar un buen caudal de votos con la interna en Rosario entre Roy López Molina y Jorge Boasso.