Por primera vez, el Edificio Del Molino abre al público en forma regular para mostrar su restauración y revivir su memoria

Un emblema porteño que renace con historia, patrimonio y cultura

El Edificio Del Molino, joya arquitectónica frente al Congreso de la Nación, comenzó una nueva etapa. Desde este martes y hasta fin de año, abrirá sus puertas al público con visitas guiadas semanales bajo el nombre de “Experiencia Molino”, una propuesta que permite recorrer sus salones, conocer su historia, apreciar objetos originales y disfrutar de un café en su mítica confitería. La iniciativa permite a unas 1.500 personas por mes descubrir los avances en la puesta en valor del edificio, que ya se encuentra restaurado en un 80%. Las visitas se realizan todos los martes y jueves a las 10 y a las 14 horas, y el último sábado de cada mes a las 10 y a las 13, con inscripción previa a través del sitio oficial: www.delmolino.gob.ar.

«Ya no son aperturas excepcionales. Desde ahora el Molino se podrá visitar con regularidad, para mostrar que la restauración avanza y que la historia sigue viva», señaló Ricardo Angelucci, secretario administrativo de la Comisión Bicameral que administra el edificio.

Un recorrido único con pasado y futuro

Durante el circuito guiado, los visitantes recorren la confitería, los salones, el subsuelo (donde se elaboraban tortas y dulces), y la azotea, desde donde se puede apreciar la majestuosa cúpula de vitrales y una vista directa al Congreso. En cada piso, se exhiben objetos históricos encontrados por arqueólogos o donados por la comunidad: desde viejas máquinas amasadoras hasta delantales originales, fotos, sifones y recetas. Además, las visitas son guiadas por integrantes del equipo de restauración, que explican el trabajo realizado y responden preguntas en un formato más personalizado.

Café con historia

Al finalizar el recorrido, los asistentes disfrutan de un café de cortesía en el espacio que fue durante décadas el corazón social del edificio. “Sentarse a tomar un café en este lugar es un lujo que nos permiten empresas privadas que colaboran ofreciendo el servicio de manera gratuita”, agregó Angelucci. La confitería original, que funcionó hasta 1997, fue restaurada casi en su totalidad. Sin embargo, aún resta definir la concesión a una empresa privada para su reapertura definitiva al público. “Nuestra tarea fue dejar el espacio listo para ser explotado comercialmente. Ahora, falta resolver la concesión para que vuelva a abrir como confitería”, explicó.

Un edificio que recupera su memoria

Además de mostrar la restauración edilicia, la Experiencia Molino busca reconstruir la memoria viva del lugar a través de objetos, relatos y fotografías aportadas por vecinos y exempleados. En ese sentido, la Comisión Bicameral invita a seguir acercando donaciones o testimonios que permitan completar la historia del edificio, especialmente de las 14 esculturas que decoraban su frente original y que hoy se buscan reconstruir.

«Fue un edificio privado que no tenía obligación de dejar registro. Hoy reconstruimos su historia con la ayuda de la gente», expresó Guillermo Rubén García, asesor de Patrimonio Cultural.

El Molino que vuelve a girar

El Edificio Del Molino fue inaugurado en 1916 por el arquitecto Francisco Gianotti y declarado Monumento Histórico Nacional. Tiene 7.500 m² distribuidos en cinco pisos y tres subsuelos. En 2014 fue expropiado y transferido al Congreso Nacional mediante la Ley 27.009, que ordena preservar su valor patrimonial, cultural y gastronómico. Hoy, tras cinco años de trabajos, luce como en su época de esplendor: con su cúpula restaurada, sus vitrales, su aguja, marquesina, esculturas, ornamentaciones y las famosas aspas iluminadas que giran por las noches.

Lo que viene: centro cultural y museo

Hacia fin de año, está prevista la inauguración del Centro Cultural De las Aspas y el Museo de Sitio. Este último exhibirá en forma permanente todos los objetos encontrados y catalogados durante las obras, entre ellos moldes, envases, sifones y elementos originales de cocina que pertenecieron a la confitería. Estas nuevas propuestas serán incorporadas al recorrido y reforzarán el carácter cultural, educativo y participativo de la Experiencia Molino, un espacio que volvió para quedarse.

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Por Pablo L.