La FAUBA destaca que el panorama climático invita a los productores a encarar la campaña invernal con optimismo, pero también con responsabilidad
El campo argentino arranca la campaña de siembra de invierno con una noticia alentadora: después de tres años complicados por la sequía, los suelos vuelven a tener humedad suficiente y las temperaturas acompañan. Así lo asegura un informe publicado el 22 de abril por Sobre La Tierra (FAUBA), que analizó cómo está el escenario agrícola para cultivos como el trigo, la cebada y la avena. Según los especialistas, este otoño trajo lluvias que ayudaron a recuperar las reservas de agua en el suelo, un factor clave para los productores de todo el país.
El dato que resaltan desde la Facultad de Agronomía de la UBA es que las precipitaciones de los primeros meses del año cortaron la racha seca que veníamos sufriendo. «Este año, las condiciones iniciales son claramente mejores que las de las últimas campañas. El agua en el perfil del suelo es clave para garantizar una buena germinación y el arranque de los cultivos de invierno», explicaron desde el equipo de Sobre La Tierra. En otras palabras, la tierra volvió a mostrar signos de alivio tras la sequía que dejó La Niña y eso se nota en el ánimo de los productores.
Un cambio de clima que renueva las esperanzas
Los expertos de la FAUBA subrayan que este cambio en el patrón climático le devuelve oxígeno al sector agropecuario. Con la humedad en niveles aceptables y las temperaturas de abril en valores ideales para sembrar, las condiciones son propicias. Pero aclaran que eso no significa lanzarse sin pensar. Como todo en el campo, la clave está en la planificación. «No hay que confiarse y salir a sembrar sin estrategia. Es fundamental respetar las fechas óptimas, elegir bien qué cultivos hacer y cuidar el manejo del suelo», señalaron. Porque una buena campaña no se basa solo en el clima, sino también en las decisiones que se toman en cada lote.
Este mensaje apunta directo a los productores que, después de años difíciles, ven la oportunidad de recuperar terreno. La idea es aprovechar la buena racha sin descuidar la sustentabilidad, porque la variabilidad climática sigue siendo una amenaza latente. «Es importante pensar a largo plazo y trabajar con responsabilidad para mantener la salud del suelo y el ambiente», remarcaron los técnicos.
La ciencia, aliada de los productores
El informe de la FAUBA va más allá del parte climático: busca ser una herramienta para que el productor pueda tomar decisiones mejor informadas. No se trata solo de salir a sembrar, sino de conocer las condiciones reales y entender cómo sacarles el mejor provecho. En un contexto donde el cambio climático sigue complicando la jugada, contar con datos científicos confiables puede marcar la diferencia entre un buen año y una mala cosecha.
“Tener buenas condiciones no significa sembrar sin planificación. Es fundamental elegir los cultivos adecuados, respetar las fechas óptimas y cuidar el manejo del suelo y los recursos naturales” —advierten los especialistas de la FAUBA.
Con la siembra de invierno ya en marcha, el desafío es claro: apostar a la producción, pero sin perder de vista la importancia de hacer las cosas bien. Porque si el clima acompaña, y el manejo es el correcto, el campo puede volver a ser motor de crecimiento para muchos barrios del interior y para la economía en general. Y ahí, la ciencia juega un rol clave al estar al lado de quienes trabajan la tierra.
Si querés saber más sobre este informe y otros datos del agro, podés consultar el sitio oficial de Sobre La Tierra (FAUBA), donde publican contenido actualizado para productores, estudiantes y vecinos interesados en el campo y el ambiente.