La Ciudad vistió de celeste y blanco su ícono más emblemático para recordar al héroe del norte
Una postal cargada de historia y emoción
La noche del lunes 17 de junio, el Obelisco se transformó en un faro de memoria y orgullo nacional. Desde las 18 hasta las 23:59, el histórico monumento porteño lució una iluminación especial con los colores de la bandera argentina, en homenaje a la figura de Martín Miguel de Güemes, uno de los grandes próceres de nuestra historia.
Vecinos, turistas y transeúntes se acercaron al corazón de la ciudad para ver el espectáculo lumínico, que no solo decoró la noche con una postal imponente, sino que también sirvió como acto simbólico de reconocimiento al legado de Güemes, pieza clave de la gesta independentista en el norte argentino.
Un gesto simbólico en pleno centro porteño
Cada año, esta conmemoración busca mantener viva la memoria de aquel líder salteño que organizó la resistencia gaucha frente a los realistas y defendió nuestra patria con estrategia y coraje. La iluminación del Obelisco es parte de una serie de homenajes organizados por el Gobierno de la Ciudad, que se suman a los tributos oficiales que se realizan en Salta y otras provincias.
A pesar del frío de junio, muchas personas aprovecharon para tomarse fotos, grabar videos o simplemente detenerse unos minutos frente al monumento. “Está buenísimo que se recuerde a Güemes, porque muchas veces se habla solo de San Martín o Belgrano, y él fue igual de importante”, comentó Nicolás, vecino de Balvanera que pasaba por la zona con su hija.
La noche del 17 de junio, el Obelisco brilló en celeste y blanco como homenaje al General Güemes, recordando su lucha por la independencia y acercando la historia a los vecinos de la Ciudad.
Este tipo de intervenciones urbanas tienen un valor especial: nos invitan a mirar nuestra ciudad con otros ojos, a reflexionar sobre el pasado mientras transitamos el presente. No es solo un monumento iluminado, es la historia que se cuela entre bocinazos, colectivos y pasos apurados. Es un guiño a nuestra identidad en medio del cemento y las luces de la gran ciudad.
La acción fue coordinada por el área de Espacio Público e Higiene Urbana de la Ciudad, que cada año prepara intervenciones especiales en fechas patrias, como el 25 de Mayo, el 9 de Julio o el Día de la Bandera. En esta ocasión, el homenaje a Güemes se sumó a una agenda de actividades patrióticas que también incluyó actos escolares y ceremonias institucionales.
Más allá del simbolismo, lo importante es que estas fechas no pasen desapercibidas. En tiempos donde la memoria colectiva a veces queda relegada, que un ícono como el Obelisco se ilumine por un prócer del norte nos conecta con una historia que es de todos, sin importar el barrio.
Así, una vez más, la ciudad rindió su homenaje desde el cemento y la luz, recordando que los héroes no solo habitan los libros de historia, sino también nuestras calles, plazas y monumentos.