La Ciudad ya intervino más de 26.000 árboles en lo que va del año con tareas de poda correctiva, extracción y despeje de luminarias
Poda a fondo para iluminar calles y prevenir riesgos
Entre mayo y agosto, las cuadrillas de la Ciudad recorren calles y veredas con un objetivo claro: mantener los árboles sanos, despejar luminarias y evitar accidentes. El plan anual de poda ya lleva más de 26.000 intervenciones en lo que va de 2024.
No se trata solo de cortar ramas por estética: la poda también es una medida de seguridad. Ayuda a que los semáforos se vean bien, evita que se caigan ramas grandes en tormentas y mejora la visibilidad nocturna en calles oscuras.
Las tareas incluyen podas correctivas, extracción de ejemplares secos o enfermos, revisión de raíces y despeje de cables, luminarias y señales de tránsito. Todo en coordinación con un cronograma que prioriza zonas críticas o reclamos de vecinos.
“La poda no es solo estética: es fundamental para prevenir accidentes y cuidar el entorno”, aseguraron desde la Secretaría de Atención Ciudadana y Gestión Comunal, que supervisa el plan junto a cada comuna.
Un arbolado urbano que se gestiona con tecnología
La Ciudad de Buenos Aires tiene más de 430.000 árboles plantados en veredas y otros 120.000 en parques y plazas. Es un patrimonio verde enorme, que requiere planificación y cuidado constante.
Para eso, se utiliza un sistema de gestión informatizado que permite monitorear cada árbol con tecnología georreferenciada. Cada intervención queda registrada en una base de datos que incluye el historial completo de trabajos.
Esto no solo ordena el trabajo de las cuadrillas, sino que también permite responder mejor a reclamos vecinales hechos a través del 147 o la web oficial. La información se cruza con el cronograma anual para evitar duplicaciones o retrasos.
En 2023 se hicieron más de 70.000 podas, y este año se espera superar esa cifra si el clima lo permite. Cada operativo es seguido de cerca por ingenieros agrónomos y equipos técnicos de cada comuna.
«La poda no es solo estética: es fundamental para prevenir accidentes y cuidar el entorno», señalaron desde la Secretaría de Atención Ciudadana y Gestión Comunal.
Más luz, menos ramas: beneficios directos en los barrios
Uno de los principales beneficios de la poda bien hecha es la recuperación del alumbrado público en calles que estaban oscuras. Sacar las ramas que tapan las luces permite mejorar la seguridad y reducir zonas inseguras.
También se previenen caídas de ramas por tormentas, algo muy común en árboles viejos o mal cuidados. Una poda a tiempo puede evitar daños a autos, personas o cables eléctricos, y eso significa menos emergencias para atender.
Todo lo que se extrae —ramas, hojas, troncos— se retira con camiones especiales y una parte se recicla como compost en los viveros municipales. El resto se trata como residuo verde y tiene un destino controlado.
Además, en algunos casos se revisan raíces que levantan veredas o tapan desagües. Si hace falta, se coordina con áreas de mantenimiento urbano para reparar el daño y evitar que el árbol sea removido innecesariamente.
Cómo saber cuándo podan en tu zona
La Ciudad publica de forma online el cronograma de poda actualizado por comuna. Ahí se puede consultar si tu calle está incluida y en qué fecha aproximada pasarán las cuadrillas.
También se puede seguir el estado de los reclamos hechos por el 147 o denunciar árboles dañados después de tormentas. La web tiene formularios simples y fotos que explican qué tipo de poda se hace en cada caso.
En muchos barrios, los vecinos ya identifican a las cuadrillas y agradecen el trabajo. “Nos devolvieron la luz de la calle” o “ahora no tenemos miedo de que se caiga una rama”, son comentarios comunes cuando el operativo pasa por la cuadra.
En definitiva, la poda urbana no es un detalle menor: es un trabajo silencioso pero esencial para que la Ciudad funcione bien, esté más ordenada y sea un poco más segura para todos.