El plan abarca espacios verdes de las 15 comunas, con mejoras en juegos, luminarias, senderos, mobiliario urbano y forestación

Una apuesta fuerte por el disfrute barrial y la vida al aire libre

Salir a tomar mate en la plaza, ver a los chicos corretear entre los juegos o simplemente sentarse bajo un árbol es parte de la vida cotidiana en cualquier barrio porteño. Por eso, la Ciudad de Buenos Aires puso en marcha 56 nuevas obras para mejorar plazas y parques en las 15 comunas, con foco en accesibilidad, iluminación, seguridad y espacios de juego.

Las intervenciones incluyen desde puestas en valor integrales hasta arreglos puntuales, como renovación de senderos, reemplazo de luminarias por tecnología LED, instalación de juegos nuevos y reacondicionamiento de caniles, postas aeróbicas y mobiliario urbano. La inversión apunta a que cada barrio cuente con espacios verdes más cuidados, seguros y accesibles para todos.

Según informaron desde el Ministerio de Espacio Público e Higiene Urbana, las obras se vienen planificando junto a las Comunas, atendiendo reclamos históricos de los vecinos. “La idea es trabajar sobre lo que la gente usa todos los días y que pide hace tiempo”, explicaron desde el equipo técnico.

Plazas con más verde, más luz y más juego

Entre las obras destacadas se encuentra la remodelación de la Plaza Colombia en Barracas, donde se están sumando juegos inclusivos, nuevos caminos internos y mejor iluminación. En Chacarita, la Plaza 25 de Agosto incorporará riego automático y áreas de descanso con sombra.

También se están realizando mejoras importantes en espacios verdes como la Plaza Echeverría (Villa Urquiza), la Plaza de los Periodistas (Caballito), la Plaza Monseñor de Andrea (Villa Lugano) y el Parque Los Andes (Chacarita). La mayoría de los trabajos incluyen colocación de nuevo equipamiento y puesta en valor de sectores deportivos.

Un punto clave de estas obras es la incorporación de juegos inclusivos, que permiten el acceso y disfrute de niños con diferentes tipos de discapacidad. “Que todos los chicos puedan jugar sin barreras es algo que se viene pidiendo hace rato y lo estamos haciendo realidad”, explicaron desde el gobierno porteño.

“Cuidar los espacios verdes es cuidar la salud física y emocional de los vecinos. Son puntos de encuentro, de descanso, de disfrute comunitario”, señaló Clara Muzzio, ministra de Espacio Público.

Los vecinos, protagonistas del diseño y la mejora

Un dato no menor es que muchas de estas obras surgieron a partir de propuestas vecinales, reclamos en redes sociales o pedidos presentados en reuniones comunales. En algunos casos, incluso, se realizaron votaciones barriales para decidir qué tipo de intervención priorizar.

“En la plaza de mi barrio siempre se rompían los juegos y nadie los arreglaba. Ahora están poniendo juegos nuevos, con piso blando y rejas bajas. Es otra cosa”, cuenta Norma, vecina de Villa del Parque. “Y lo mejor es que lo hicimos entre todos, participando del consejo consultivo”.

Además de lo visible, muchas obras incluyen mejoras menos obvias pero fundamentales, como sistemas de desagüe pluvial, nuevas conexiones eléctricas o rampas para personas con movilidad reducida. Se busca que el espacio público sea realmente de todos, sin importar edad, condición física o situación socioeconómica.

Obras barriales que se sienten en la vida diaria

Los plazos de ejecución de las obras van de los 60 a los 120 días según la magnitud, y se irán entregando por etapas durante lo que resta del año. El seguimiento está a cargo de las Comunas junto con el Ministerio de Espacio Público.

La lista completa de las 56 plazas y parques en obra puede consultarse en el sitio oficial buenosaires.gob.ar/espaciopublico, donde también se reciben sugerencias y reportes de vecinos. Se actualiza mes a mes y permite ver el avance de cada proyecto.

Con estas acciones, el gobierno porteño busca reforzar la idea de que los espacios verdes son una prioridad urbana. Porque un barrio con plazas vivas es un barrio donde hay encuentro, salud, infancia feliz y comunidad. Y eso, hoy más que nunca, vale oro.

 

 

Por Pablo L.