La Ciudad refuerza la difusión de los derechos vinculados al uso de la imagen de chicos y chicas, con foco en el respeto, la privacidad y el consentimiento
Un recordatorio clave en tiempos de redes y exposición constante
En un contexto donde la imagen de las infancias circula a diario en redes sociales, medios de comunicación y entornos digitales, el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires difundió una guía clave sobre el derecho a la imagen de niñas, niños y adolescentes, basada en el marco legal vigente y en la protección de sus derechos fundamentales.
El contenido, publicado oficialmente sin fecha explícita, fue elaborado por el Consejo de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes de la Ciudad, y apunta a fortalecer la conciencia pública sobre un tema que muchas veces se pasa por alto. La imagen no es solo una foto: es identidad, dignidad y también un derecho a proteger.
En la publicación se destaca que ningún niño, niña o adolescente puede ser fotografiado, filmado o mostrado públicamente sin su consentimiento o el de sus referentes adultos, y que la difusión de su imagen debe respetar siempre su intimidad, seguridad y bienestar emocional.
¿Qué implica el derecho a la imagen?
El derecho a la imagen forma parte del derecho a la identidad y a la intimidad. Significa que cada persona tiene el poder de decidir si quiere o no que se utilice su imagen, cómo y con qué fin. En el caso de niñas, niños y adolescentes, este derecho está especialmente protegido por normativas nacionales e internacionales.
Tanto la Ley 26.061 como la Convención sobre los Derechos del Niño (con rango constitucional en Argentina) establecen que el interés superior del niño debe ser prioridad en toda acción que los involucre. Y eso incluye la difusión de fotos o videos donde aparezcan menores de edad.
Desde el Consejo porteño explican que incluso los medios de comunicación y cuentas oficiales deben extremar los cuidados, sobre todo en situaciones donde los chicos estén atravesando situaciones de violencia, conflicto familiar, pobreza o cualquier tipo de vulnerabilidad.
“Toda imagen de un niño o adolescente tiene que ser tratada con respeto. No es un contenido, no es un recurso visual. Es una persona con derechos”, afirmaron desde el Consejo.
Redes sociales y familias: un nuevo frente de cuidado
Uno de los puntos que más preocupa en la actualidad es la difusión masiva de imágenes de chicos por parte de sus propias familias en redes sociales. Subir fotos escolares, cumpleaños o momentos íntimos puede parecer inofensivo, pero también expone datos, rostros y ubicaciones.
Los especialistas recomiendan pensar antes de publicar, y tener en cuenta si esa niña o ese adolescente desea realmente que su imagen esté circulando. También se advierte sobre los riesgos de reproducción sin control en otras plataformas, usos indebidos o incluso robo de identidad.
“Hoy cualquier imagen puede viralizarse. Una publicación inocente puede terminar siendo vista por miles de personas. Hay que acompañar ese proceso con cuidado, escucha y respeto”, agregaron desde el organismo porteño.
El rol del Estado y de las instituciones educativas
Además de las familias, también las escuelas, clubes y organizaciones deben actuar con responsabilidad. No se puede publicar una foto de un grupo de estudiantes, por ejemplo, sin la debida autorización.
El documento publicado por la Ciudad ofrece recomendaciones claras para instituciones que trabajan con chicos: pedir consentimiento informado, explicar el uso que se dará a las imágenes, respetar el derecho a no ser fotografiados y promover espacios de participación donde los propios niños y adolescentes puedan expresar su opinión.
El Estado tiene la responsabilidad de garantizar que los derechos de niñas, niños y adolescentes se respeten también en el entorno digital. Y eso implica generar campañas de concientización, asesorar a familias e intervenir cuando se detectan vulneraciones.
Esta nueva guía se inscribe dentro de ese marco de protección, y propone una mirada activa, cuidadosa y empática. Porque la infancia no se expone: se cuida, se respeta y se protege.