El evento deportivo más esperado del año recorrerá 42 kilómetros por los barrios más emblemáticos de Buenos Aires, con atletas locales y del mundo
Un clásico que reúne pasión, esfuerzo y espíritu de equipo
La Ciudad se prepara una vez más para recibir a miles de corredores en una jornada que promete ser inolvidable. La Maratón Internacional de Buenos Aires vuelve a llenar las calles de zapatillas, aplausos y desafíos personales. Con un recorrido de 42,195 kilómetros, esta competencia no es solo una carrera: es una fiesta del deporte que une a vecinos, atletas y visitantes de todo el país y del mundo.
Organizada por la Asociación Ñandú junto al Gobierno porteño, la maratón es parte del calendario oficial de la Ciudad y está considerada una de las más rápidas del continente. Esto atrae a corredores de elite que buscan marcar tiempos de clasificación a torneos internacionales, pero también a quienes recién se animan a cruzar la meta por primera vez.
El evento está certificado por la World Athletics y forma parte del circuito internacional de carreras, lo que le otorga reconocimiento global. Buenos Aires se convierte, por unas horas, en una vidriera del deporte y del espíritu de superación personal.
Un recorrido lleno de postales porteñas
El circuito de la maratón recorre los puntos más icónicos de la Ciudad. Los corredores largan desde Figueroa Alcorta y Monroe, atravesando Palermo, Recoleta, el centro, La Boca, Puerto Madero y otros barrios emblemáticos.
El trayecto fue diseñado para que los participantes puedan disfrutar de una Ciudad abierta, segura y vibrante. Las avenidas se liberan especialmente para la carrera, con cortes programados y un operativo de tránsito y asistencia médica en toda la traza.
Desde el Obelisco hasta el Rosedal, pasando por el Cabildo, el estadio de Boca o la Costanera Sur, cada kilómetro ofrece una postal distinta y una emoción nueva. No es raro ver vecinos aplaudiendo desde los balcones, bandas en vivo animando la jornada o familias acercando botellas de agua a los corredores.
“La maratón es mucho más que correr. Es una manera de apropiarse de la Ciudad, de sentir que todos compartimos el mismo suelo, aunque sea por unas horas”, destacó uno de los organizadores.
Una experiencia que trasciende la meta
Además de la carrera en sí, la jornada incluye múltiples actividades paralelas: ferias deportivas, puestos de hidratación, puntos de animación, foodtrucks y stands con propuestas saludables. Todo está pensado para que la experiencia sea completa, tanto para los corredores como para quienes acompañan.
Una particularidad de esta edición es el fuerte enfoque en la sostenibilidad. La maratón apuesta por reducir residuos, fomentar la hidratación responsable y reutilizar materiales. También se promoverán campañas de salud, chequeos médicos preventivos y consejos para mejorar el rendimiento deportivo.
Por otra parte, se implementará tecnología para mejorar la experiencia: desde una app para seguir en vivo el paso de los corredores hasta mapas interactivos, cronómetros digitales y pantallas LED en varios puntos del recorrido.
La Maratón Internacional de Buenos Aires es, para muchos, una meta de superación personal, un objetivo largamente entrenado o una excusa perfecta para reencontrarse con la Ciudad desde otro lugar. Es también una oportunidad para que miles de vecinos se apropien del espacio público y celebren el movimiento y la vida sana.