Lecturas, talleres, libros y encuentros: La Forja es mucho más que un bar, es un faro literario del barrio con alma comunitaria

Un rincón barrial con olor a tinta y café

En la esquina de Bacacay y Morlote, en pleno Villa Ortúzar, se levanta desde hace más de dos décadas un espacio que mezcla cafeteras con cuadernos, birras con poemas, y pizza con micrófono abierto. Se llama La Forja, y aunque funciona como bar cultural, para los vecinos ya es parte del alma literaria del barrio.

El lugar tiene paredes tapizadas de afiches de eventos pasados, estanterías con libros donados, mesas de madera gastadas y una pequeña tarima que, cada semana, se transforma en escenario de lecturas, presentaciones de libros y ciclos de poesía. La Forja es uno de esos bares donde las palabras circulan sin apuro.

Talleres, ciclos y poetas de la vereda

Uno de los emblemas del bar son sus talleres literarios. Desde escritura creativa hasta poesía performática, La Forja mantiene una agenda cultural abierta a todas las edades. Coordinadores barriales y escritores emergentes comparten el espacio con vecinos curiosos, adolescentes en busca de voz y adultos mayores que vuelven a escribir después de años.

También hay ciclos estables, como “Micrófono Abierto del Sur”, “Narradores al rescate” o las “Noches de tinta”, donde poetas, cuentistas y novelistas locales leen sus textos frente a un público cálido y cómplice. La entrada siempre es libre, y muchas veces, se pasa la gorra para el artista invitado.

“En La Forja no venís solo a tomar algo, venís a decir lo que escribiste, a escuchar lo que otros sienten, a compartir silencios y aplausos”, dice Mónica, vecina de Ortúzar y poeta debutante.

Un refugio literario en medio de la ciudad

Mientras los barrios se transforman a ritmo acelerado, La Forja resiste con su propuesta cultural inclusiva y barrial. En una ciudad donde escasean los espacios gratuitos para difundir arte, este bar se convirtió en un punto de encuentro de lectores, escritores y editores independientes.

Además, desde hace algunos años, el espacio organiza ferias de editoriales autogestivas, charlas con autoras feministas, ciclos de fanzines, y hasta una biblioteca ambulante que circula entre vecinos. La literatura, en La Forja, no es un lujo ni una elite: es parte del día a día.

Mucho más que un bar

El espíritu de La Forja se resume en una frase pintada sobre una de sus paredes: “Donde se forjan palabras, se construye comunidad”. Y eso es exactamente lo que pasa cada semana en este rincón de Ortúzar: se encienden conversaciones, se leen textos inéditos, se aplaude lo que nace, y se celebra la cultura hecha entre vecinos.

Si alguna vez pasás por Villa Ortúzar un viernes a la noche, date una vuelta por Bacacay 2414. Es probable que haya un poema en voz alta esperando por vos.

Por Pablo L.