La campaña avanza por etapas con postas en todas las comunas, foco en prevención y un mensaje claro: vacunarse suma, pero sin criaderos no hay mosquito

Cómo viene la campaña

En la Ciudad, la campaña contra el dengue ya tomó velocidad: desde el inicio se aplicaron 63.916 dosis a vecinos y vecinas de distintos barrios, y el plan sigue activo para adolescentes y adultos de 15 a 39 años. Con turnos abiertos y postas en todas las comunas, la idea es sostener el ritmo sin aflojar.

La estrategia es progresiva y por etapas: primero las zonas con más tránsito viral y luego la expansión al resto del mapa porteño. Esta hoja de ruta se define según los lineamientos nacionales y la disponibilidad de vacunas, para que cada frasco llegue donde más impacto genera.

Vacunarse sirve y mucho, pero nadie promete magia: la inmunización ayuda a reducir la velocidad de transmisión, aunque por sí sola no corta todos los brotes. Por eso, la campaña se complementa con prevención casa por casa y con información clara para que el barrio sepa cómo cuidarse.

Quiénes se vacunan hoy

Hoy los turnos están disponibles para quienes tienen entre 15 y 39 años y residen en la Ciudad. El trámite se hace por la web oficial en pocos pasos y llega la confirmación por mail o mensaje. Si ya recibiste la primera dosis, la segunda se programa a los 90 días, también con turno.

Cómo sacar turno y qué llevar

El día de la aplicación conviene tener todo a mano: DNI que acredite domicilio en CABA, carnet de vacunación y el turno asignado. Si es la segunda dosis, se suma la constancia de la primera. No hace falta receta médica y el proceso completo lleva pocos minutos de ventanilla y espera.

“La prevención es tan importante como la vacunación: sin criaderos, no hay mosquito”

Quiénes no deben aplicarse

Hay situaciones en las que la vacuna no está indicada, y es importante tenerlo en cuenta: personas inmunodeprimidas, embarazadas, mujeres en período de lactancia, menores de 4 años y mayores de 60 quedan fuera de esta campaña. Ante dudas, lo mejor es consultar con el médico de cabecera.

Más prevención, menos criaderos

Además de la vacuna, la clave es no darle respiro al mosquito Aedes aegypti. Este bicho se cría en agua estancada que se junta en baldes, floreros, canaletas y cualquier cacharro a la intemperie. Si eliminamos los criaderos en casa y en el consorcio, bajamos el riesgo para toda la cuadra.

En la rutina diaria hay pequeñas acciones que hacen una gran diferencia: vaciar recipientes que juntan agua, cepillar y cambiar a diario el agua de los bebederos de las mascotas, tapar tanques, revisar colectores del aire acondicionado y limpiar rejillas y canaletas después de cada lluvia.

Si tenés dudas con algún síntoma —fiebre, dolor detrás de los ojos, cansancio fuerte, sarpullido— lo mejor es no automedicarse y acercarse a una guardia. Algunos analgésicos comunes no están recomendados, y un profesional puede orientar mejor. La consulta a tiempo evita complicaciones.

Dónde vacunarse

Para facilitar el acceso, la Ciudad distribuyó vacunatorios en hospitales, CeSAC y postas extrahospitalarias a lo largo del mapa porteño. Así, cada comuna tiene al menos una opción cercana para que nadie tenga que cruzarse media ciudad solo para aplicarse la dosis que le corresponde.

Entre los puntos habilitados se cuentan el Hospital Rivadavia en Recoleta, el Hospital Durand en Caballito y el Hospital Pirovano en Saavedra. También hay CeSAC en distintos barrios —como el N.º 1 en Parque Patricios, el N.º 11 en Balvanera y el N.º 3 en Villa Lugano—, además de postas específicas en Floresta y en el Centro Islámico de Palermo.

En todos los lugares el procedimiento es similar: validación de datos, entrevista breve, la aplicación propiamente dicha y una observación corta por si aparece alguna reacción. El personal de salud registra la dosis en tu carnet y te recuerda la fecha para completar el esquema.

Por qué se prioriza 15 a 39

¿Por qué se prioriza a la franja de 15 a 39 años? Porque fue donde se vio mayor cantidad de casos en temporadas recientes y donde se mueve buena parte de la vida social, laboral y educativa. Apuntar ahí permite amortiguar más rápido la curva, en paralelo al descacharrado en los hogares.

Un esfuerzo que se nota

Vale una aclaración importante: la vacunación es una herramienta más dentro de un paquete de medidas. Si dejamos agua en el patio, la heladera de vacunas no alcanza. Por eso, la campaña insiste en combinar pinchazo con limpieza, educación y solidaridad barrial. Es salud pública en equipo.

En edificios y PH, la coordinación es clave: en terrazas y patios comunes conviene armar una mini-ronda de control semanal. Un grupo de WhatsApp del consorcio alcanza para recordar el cambio de agua de los floreros, revisar las macetas, drenar canaletas y despejar canalizaciones tapadas.

Comercios y clubes barriales también son aliados. Con un balde con tapa, cartelería simple y una mirada atenta, se eliminan focos que a veces pasan desapercibidos en patios, depósitos y veredas. Si cada local cuida su frente y su medianera, el barrio entero respira un poco más tranquilo.

En escuelas y centros deportivos, las indicaciones son parecidas: revisar bebederos, tapones de piletas, canillas que gotean y latas de pintura olvidadas. Los profes pueden sumar charlas cortas en clase o en la entrada del entrenamiento: cinco minutos alcanzan para recordar lo esencial.

El dato final es optimista pero realista: con 63.916 dosis aplicadas y turnos activos, la campaña avanza firme. Falta, sí, pero cada aplicación suma un ladrillo a la pared de protección comunitaria. Si además barrés los criaderos de tu casa, ese muro se hace más alto y más difícil de saltar.

Que no se nos pase: el dengue es una enfermedad prevenible si cortamos el ciclo del mosquito. La vacuna ayuda, la limpieza ayuda y el compromiso colectivo ayuda. Cuando cada vecino pone su parte, el barrio gana, y cuando el barrio gana, la Ciudad entera respira con menos preocupación.

Si necesitás más información práctica —requisitos actualizados, disponibilidad por comuna, horarios— lo mejor es chequear los canales oficiales de la Ciudad antes de moverte. Con el DNI y el turno listo, la experiencia suele ser rápida, ordenada y sin vueltas innecesarias.

 

Por Pablo L.