Consejos clave para evitar tragedias como la ocurrida en Villa Devoto, donde cinco personas perdieron la vida por una fuga en una caldera

El asesino invisible

El monóxido de carbono es uno de los peligros más silenciosos en los hogares. No tiene color, olor ni sabor, y por eso se lo conoce como “el asesino invisible”. Aparece cuando la combustión de gas natural, carbón o leña no es completa, algo que puede suceder con artefactos en mal estado o sin la ventilación adecuada.

Según MetroGAS, cada año se registran intoxicaciones que podrían evitarse siguiendo simples medidas de prevención. La empresa, que abastece a más de 2,5 millones de usuarios en la Ciudad y el conurbano, advierte que el invierno es la época más riesgosa.

Síntomas que no hay que pasar por alto

Los síntomas dependen de la cantidad de gas acumulado y del tiempo de exposición. Dolor de cabeza, mareos, náuseas o fatiga son señales tempranas. En casos más graves, pueden aparecer confusión, visión borrosa, pérdida de conocimiento o incluso convulsiones.

“El monóxido de carbono puede atacarte mientras dormís o en plena rutina, sin que lo notes. Es vital revisar los artefactos y ventilar siempre”, insisten desde MetroGAS.

Medidas básicas de prevención

Hacer revisar todos los artefactos a gas por un gasista matriculado al menos una vez por año es la primera barrera contra el monóxido. También es clave observar la llama: si es azul, la combustión es correcta; si es amarilla o anaranjada, hay un problema.

Nunca hay que usar estufas o hornos para tareas que no les corresponden, como secar ropa o calentar el ambiente. En baños y dormitorios, solo deben instalarse estufas de tiro balanceado; las de tiro natural están prohibidas en esos espacios.

La ventilación, una aliada que salva vidas

Uno de los errores más comunes en invierno es sellar puertas y ventanas para que no entre frío. Sin embargo, esa falta de aire puede ser mortal si hay una fuga de monóxido. Siempre es necesario dejar al menos una pequeña abertura o ventilación permanente.

No hay que tapar rejillas con trapos, muebles o nylon. Tampoco bloquear la salida de los conductos de ventilación. Estos detalles simples marcan la diferencia entre un ambiente seguro y uno peligroso.

Qué hacer si sospechás una intoxicación

Ante síntomas como mareos, náuseas o dolor de cabeza sin causa aparente, abrí ventanas, salí al aire libre y pedí ayuda. Llamá de inmediato al 911 o al SAME (107). También se puede avisar a MetroGAS al 0800-999-1050 para que envíen una cuadrilla a revisar la instalación.

Si sentís olor a gas, cortá el suministro desde la llave principal y no prendas luces ni aparatos eléctricos, ya que una chispa puede provocar una explosión.

“Un pequeño control a tiempo puede evitar una tragedia”, recuerdan desde MetroGAS.

Casos que marcan un antes y un después

La reciente tragedia en Villa Devoto, donde cinco personas murieron intoxicadas por la fuga de una caldera y la ventilación bloqueada, es un recordatorio doloroso de que la prevención no es opcional. En ese caso, solo un bebé sobrevivió gracias a que su habitación tenía una ventana abierta.

Historias como esta subrayan que las revisiones y la ventilación son tan importantes como la calefacción misma. El monóxido no avisa y puede cobrar vidas en silencio.

Por Pablo L.