Entre las décadas del ’30 y el ’70, el club fue epicentro de los bailes más recordados de Buenos Aires
Un club nacido del correo y abrazado por el barrio
El Club Comunicaciones nació en 1931 en el barrio de Agronomía, impulsado por los empleados de Correos y Telégrafos. Conocido por su apodo de “los carteros” y por sus colores amarillo y negro, el club fue creciendo como espacio social, deportivo y cultural. Pero hubo un tiempo en que su fama no vino solo por el fútbol, sino por los inolvidables carnavales y bailes populares que llenaban sus salones de música, espuma y alegría.
Durante varias décadas, Comunicaciones fue sede de los carnavales de Radio Mitre, musicalizados por el célebre Mochín Marafioti. Los afiches que anunciaban los eventos se pegaban por toda la ciudad con el slogan “8 Grandes Bailes 8”. Y aunque a veces no llegaban a esa cantidad, nunca bajaban de cinco noches de fiesta. Agronomía se volvía el punto de encuentro de porteños que llegaban desde distintos barrios para bailar, divertirse y ver de cerca a las orquestas más famosas.
Los carnavales como fenómeno cultural
En aquellos años, el carnaval porteño era participativo y convocaba a artistas de renombre. Pasaron por Comunicaciones y otros clubes figuras como Juan D’Arienzo, Aníbal Troilo, Carlos Di Sarli, Alfredo De Angelis y hasta Sandro. La tradición venía de los años ’20, cuando los teatros céntricos como el Colón, el Ópera o el San Martín ofrecían bailes con orquestas gigantescas de Francisco Canaro o Julio De Caro. Con el tiempo, esa movida se trasladó a los clubes de barrio, que competían por atraer a los mejores directores y cantantes.
En Comunicaciones, el carnaval era sinónimo de orquestas en vivo, espuma, papel picado y lanzaperfumes. Las familias llegaban temprano, los jóvenes se quedaban hasta la madrugada, y los artistas hacían vibrar la pista con tangos, pasodobles, foxtrots y rumbas. La orquesta de Enrique Rodríguez, “la de todos los ritmos”, era una de las más esperadas por su capacidad de mezclar estilos y mantener la pista siempre llena.
“Entre los ’30 y los ’70, los carnavales de Comunicaciones fueron el alma festiva de Agronomía y un clásico de la Ciudad.”
Del esplendor a la pérdida de protagonismo
La década del ’60 y la primera parte de los ’70 marcaron el auge de los bailes de carnaval. Los clubes ofrecían shows con figuras como Palito Ortega, Leonardo Favio, Serrat o Los Gatos, y cada institución competía por tener la cartelera más atractiva. En Comunicaciones, además del baile, funcionaban los famosos buffets donde se vendían platos típicos y bebidas a precios populares, generando un ambiente donde la fiesta se vivía en todos los rincones.
Con la llegada de la dictadura militar, los carnavales comenzaron a perder fuerza. Aunque con la vuelta de la democracia se intentó recuperar la tradición, nunca volvieron a ser lo que habían sido. El carnaval porteño quedó marcado por el recuerdo de aquellas noches interminables donde la música y el baile unían a los barrios.
El club hoy: deporte, historia y comunidad
Mientras los carnavales quedaron en el recuerdo, Comunicaciones siguió su camino como club deportivo y social. A lo largo de su historia atravesó crisis económicas, cambios de administración y hasta juicios por sus terrenos. Sin embargo, la institución logró mantenerse en pie y hoy cuenta con una gran cantidad de disciplinas: baby fútbol, básquet, béisbol, hockey, boxeo, lucha olímpica, patín artístico, tenis, vóley, taekwondo y mucho más.
El club también conserva su espacio social con piletas, quinchos, canchas y un instituto educativo. Su estadio principal, Alfredo Ramos, es la sede del equipo de fútbol que milita en la Primera B Metropolitana. Comunicaciones mantiene su identidad barrial, con hinchas fieles, vecinos comprometidos y figuras conocidas que lo apoyan.
Pero más allá de lo deportivo, la memoria de los viejos carnavales sigue viva en la historia oral del barrio. Muchos recuerdan aquellas noches en que Agronomía se vestía de fiesta y el club era sinónimo de música, alegría y comunidad.
Hoy, el desafío es mantener viva esa identidad, apostando al deporte, la cultura y el encuentro social. Los carnavales de Comunicaciones forman parte del patrimonio intangible del barrio, un recuerdo colectivo que aún resuena en las charlas de los vecinos y que marcó a varias generaciones.