Luego de una espera de 25 años, la Ciudad se prepara para sumar una conexión clave que unirá Barracas con Palermo y mejorará toda la red subterránea porteña

Un proyecto que cambia el mapa del viaje porteño

Después de más de dos décadas sin novedades en el subte, Buenos Aires se anima a dar un paso enorme: la nueva Línea F promete unir el sur y el norte de la Ciudad con un recorrido moderno, práctico y pensado para los miles de vecinos que se mueven cada día bajo tierra. La licitación ya está lanzada y marca el inicio de una obra que muchos venían esperando hace años.

El Gobierno porteño anunció que el proyecto tendrá una inversión de US$1.350 millones, una cifra que la convierte en la obra de transporte público más grande de la historia reciente del país. La licitación es nacional e internacional, lo que significa que podrán participar empresas de todo el mundo para construir y equipar esta nueva línea que buscará transformar la movilidad urbana.

Según explicaron desde el Ministerio de Movilidad e Infraestructura, la Línea F va a conectar barrios muy distintos entre sí, desde Barracas hasta Palermo, pasando por Constitución, San Cristóbal, Monserrat, San Nicolás y Recoleta. Además, permitirá combinar con las seis líneas actuales, algo que reducirá la congestión y mejorará los tiempos de viaje de todos los usuarios del subte.

Una obra pensada para unir, no solo para mover

Al presentar el proyecto, Jorge Macri remarcó que esta iniciativa “no es solo una obra, sino un paso más en la transformación de la Ciudad”. Recordó los casos del Metrobus y el Paseo del Bajo como ejemplos de infraestructura que cambiaron la manera de moverse en Buenos Aires. En este caso, señaló que la Línea F será un salto de calidad en la vida cotidiana de los vecinos, conectando zonas que antes estaban aisladas o mal servidas por el transporte.

“La construcción de la Línea F es un orgullo. Damos un paso histórico con la obra de infraestructura urbana más grande del país.” – Jorge Macri

Uno de los puntos fuertes del proyecto es que la nueva línea se integrará con el Ferrocarril Roca en Plaza Constitución y con la estación Palermo del tren San Martín, lo que va a mejorar la intermodalidad del sistema. Así, los viajes van a ser más fluidos, con menos combinaciones largas y menos tiempo perdido entre estaciones.

Las estaciones y su recorrido: de Barracas a Palermo

El trazado total será de casi 10 kilómetros y contará con 12 estaciones: Brandsen, Constitución, Cochabamba, Chile, Congreso, Corrientes, Santa Fe/Pizzurno, Recoleta, Pueyrredón/Hospital Rivadavia, Parque Las Heras/Coronel Díaz, Plaza Italia/Ecoparque y Pacífico. Cada una estará equipada con tecnología moderna, accesos cómodos y sistemas de seguridad avanzados, algo que hace años piden los usuarios del subte porteño.

Los nuevos coches serán totalmente 0 km y con aire acondicionado, garantizando un viaje más cómodo y silencioso. Además, se espera que más de 300 mil personas usen la Línea F todos los días, lo que aliviará a líneas como la C, una de las más saturadas del sistema.

El Gobierno porteño proyecta que la obra arranque durante el próximo año y se desarrolle por etapas, priorizando los tramos que generen mayor impacto positivo en el tránsito y en la conectividad barrial. Se espera que el primer tramo operativo beneficie especialmente a los barrios del sur, que históricamente tuvieron menos acceso al subte.

Una ciudad que mira hacia adelante

En paralelo a esta obra, la Ciudad confirmó la compra de 214 coches nuevos para renovar las líneas A, B y C. La inversión total de US$370 millones es la más alta de los últimos diez años y apunta a que todo el sistema subterráneo funcione con trenes modernos, seguros y eficientes. Con esto, se busca reducir las demoras, mejorar la ventilación y ampliar la capacidad de transporte en horas pico.

El ministro de Movilidad e Infraestructura, Pablo Bereciartua, destacó que la Línea F será “probablemente el legado más importante que le podemos dejar a Buenos Aires en términos de movilidad y obra pública”. Subrayó además que la clave de este proyecto es que no solo une estaciones, sino también acerca barrios y personas, integrando realidades distintas dentro del mismo entramado urbano.

Este plan de renovación integral no solo apunta a modernizar los trenes y las estaciones, sino también a mejorar los accesos, la iluminación, los sistemas de emergencia y la señalización. Todo eso forma parte de una visión de transporte público más sustentable, equitativo y pensado a largo plazo.

Con la Línea F, Buenos Aires busca ponerse a la altura de las grandes capitales del mundo, donde el subte no es solo un medio de transporte, sino un símbolo de integración y progreso urbano. Cada estación será una puerta más que se abre entre barrios, conectando historias, trabajos, escuelas y familias.

Si todo avanza como está previsto, en pocos años los porteños podrán viajar de Barracas a Palermo sin salir del subte, recorriendo la ciudad de punta a punta en un viaje cómodo, rápido y limpio. Una idea que parecía lejana empieza, por fin, a tomar forma bajo tierra.

Más allá de los plazos y los presupuestos, lo cierto es que esta nueva línea representa una esperanza concreta de mejora para millones de vecinos. Un paso más hacia una Buenos Aires mejor conectada, más justa y con un transporte público a la altura de su gente.

Por Pablo L.