Alegría y música: el Festival del Orgullo llega al Parque 3 de Febrero

Buenos Aires vuelve a latir con fuerza y alegría en cada rincón, y esta vez lo hace al ritmo de la inclusión y la libertad. En el marco de la Semana del Orgullo 2025, la Ciudad de Buenos Aires se prepara para una gran celebración abierta y gratuita: el Festival del Orgullo, que tendrá lugar el viernes 7 de noviembre en el corazón de Palermo, dentro del Parque 3 de Febrero. Será una jornada vibrante, de esas que invitan a compartir sin prejuicios y a disfrutar de todo lo que somos.

Desde las 17 hasta las 24 horas, vecinos, vecinas y visitantes podrán recorrer una feria con decenas de stands, participar de actividades culturales, disfrutar de shows en vivo y acercarse a propuestas de distintas organizaciones sociales y de la comunidad LGBTIQ+. Habrá foodtrucks, espacios informativos, emprendimientos autogestivos, intervenciones artísticas y una atmósfera festiva que convertirá al parque en un símbolo de respeto, amor y diversidad.

Un line up que celebra la potencia de la comunidad

El escenario principal recibirá a artistas y colectivos que representan el espíritu plural del Orgullo porteño. Entre los nombres confirmados están La Matiné – Hay Plan, Nisi, Anita B Queen, Lesbodramas, Cornuda Posting, La Índigo, Fiesta Mujerch: Queenflow + Ana Devin, Fran Vázquez, Popperazo, House of Juicy Couture y Tap, entre otros talentos que encenderán la noche con música, performance y baile.

Con los años, el Festival del Orgullo se consolidó como uno de los eventos más esperados de noviembre en la Ciudad, un punto de encuentro donde las distintas expresiones conviven en armonía. Su realización en Palermo, entre las avenidas Iraola y Sarmiento, reafirma la voluntad de Buenos Aires de vivir la diversidad en el espacio público y transformarlo en un lugar de encuentro, visibilidad y celebración colectiva.

Un compromiso que se siente en las calles

“La única manera de construir una sociedad mejor es de cara a su ciudadanía, visibilizando y afianzando lo que los porteños somos: un arcoíris de realidades”, señaló Natasha Steinberg, directora general de Derechos Humanos del Gobierno porteño, área responsable del evento. Sus palabras resumen el espíritu que atraviesa la Semana del Orgullo: una apuesta a la convivencia, la empatía y el reconocimiento mutuo.

En caso de lluvia, el festival se reprogramará para el viernes 14 de noviembre, en el mismo horario y lugar. Pero nada detiene el entusiasmo de la comunidad: cada año, miles de personas se acercan a compartir una tarde donde se cruzan generaciones, identidades y banderas, todas bajo el mismo mensaje de igualdad y respeto.

Orgullo, cultura y participación ciudadana

El Festival del Orgullo forma parte de una agenda más amplia que se despliega a lo largo de toda la Semana del Orgullo, instituida por la Ley N° 6482/21 de la Legislatura porteña. Durante ocho días, la Ciudad ofrecerá actividades culturales, deportivas, artísticas y de sensibilización en distintos barrios, con el propósito de promover los derechos humanos, la inclusión y la construcción de una sociedad más justa.

El punto de partida será, como cada año, la Marcha del Orgullo, que recorrerá el centro porteño con miles de personas, organizaciones y colectivos en una movilización colorida y emotiva. A partir de allí, se sucederán charlas, ferias, muestras y actividades comunitarias que pondrán en primer plano las historias, los logros y los desafíos de las diversidades y disidencias.

El orgullo en primera persona

Realizar este evento en el espacio público tiene un valor simbólico inmenso. No solo se trata de celebrar, sino de reafirmar que la diversidad es parte de la identidad porteña. Cada bandera, cada canción, cada abrazo compartido en el parque es una forma de decir que Buenos Aires es una ciudad abierta y plural, donde todas las voces tienen lugar.

El Festival del Orgullo es mucho más que un espectáculo: es un gesto colectivo de amor y resistencia. Es mirar al otro y reconocerlo. Es bailar sin miedo, reír sin explicaciones y disfrutar del derecho a ser uno mismo. En ese sentido, la Ciudad vuelve a demostrar que la cultura y el encuentro pueden ser herramientas poderosas para construir convivencia.

“El Orgullo no se trata solo de celebrar quiénes somos, sino también de recordar todo lo que nos costó llegar hasta acá”, decía un cartel en la edición anterior. Y esas palabras resuenan más fuerte que nunca en cada nueva bandera que flamea.

Palermo se convertirá en el escenario de una fiesta donde no hay diferencias, solo ganas de compartir y vivir con libertad. Será un encuentro para abrazar la historia, honrar las luchas y seguir caminando juntos hacia un futuro donde la diversidad sea sinónimo de igualdad.

 

Por Pablo L.