El Williams del Lole volvió a girar en la Ciudad tras 41 años: ovación, fierros y pasión a flor de piel

Un domingo inolvidable para los fanáticos del automovilismo

El rugido de los motores volvió a sacudir el sur de la Ciudad. Este domingo, el Autódromo «Juan y Oscar Gálvez» reabrió sus puertas con una jornada cargada de emoción y recuerdos, que tuvo como broche de oro el regreso del legendario Williams con el que Carlos Reutemann conquistó el corazón de todos los argentinos. Después de cuatro décadas, el circuito renovado recibió nuevamente a este mítico bólido de Fórmula 1. Y cuando su silueta blanca asomó por la recta principal, la multitud estalló en una ovación que hizo vibrar hasta las tribunas. El auto con el que el Lole logró el subcampeonato del mundo en 1981 volvió a pisar suelo porteño, y con él volvió una parte viva de la historia del deporte nacional.

“Fue un momento histórico, irrepetible. Volvimos a ver al Williams del Lole girando en casa, donde tantas pasiones nacieron”, dijo entre lágrimas un fanático con la camiseta de la Scuderia Ferrari.

Una fiesta tuerca para toda la familia

Desde temprano, miles de vecinos y vecinas se acercaron con sus familias, amigos o en grupos de fanáticos al renovado autódromo. La entrada fue libre y gratuita, y no faltó nada: juegos para los más chicos, concursos, food trucks, exhibiciones de autos antiguos y espectáculos en pista de distintas categorías. El evento fue una verdadera celebración popular. Se vieron banderas, camisetas de equipos de F1 y viejas gorras de Reutemann. Pero también hubo espacio para las nuevas generaciones, que por primera vez pisaron el Gálvez y se asombraron con el poder del sonido de un motor girando a fondo en la recta.

Obras que miran al futuro sin olvidar el pasado

La reapertura fue también la oportunidad para mostrar la puesta en valor del autódromo, símbolo de la velocidad nacional. Entre las mejoras que se llevaron a cabo se destacan:

  • Reasfaltado de sectores clave del circuito.
  • Refacción y ampliación de las tribunas para mayor comodidad.
  • Renovación de sanitarios, accesos y sectores gastronómicos.
  • Obras de seguridad vial y reacondicionamiento de los boxes.

Con estas obras, la Ciudad apuesta a recuperar un espacio icónico que marcó a generaciones enteras y que tiene todo para seguir siendo escenario de grandes competencias nacionales e internacionales.

Un ídolo eterno y un legado que sigue girando

Carlos Reutemann, o simplemente el Lole, es mucho más que un piloto para los fanáticos del automovilismo argentino. Su trayectoria, su temple y sus gestas lo convirtieron en leyenda. Por eso, ver de nuevo el auto con el que peleó mano a mano el campeonato mundial de Fórmula 1 fue una caricia al alma tuerca. La jornada del domingo fue también una forma de homenaje. A él, a los autos que hicieron historia en nuestro país, y a todas las personas que, desde su lugar, mantuvieron viva la pasión por los fierros.

Una Catedral con puertas abiertas

El Gálvez está de nuevo en pie, renovado, con su esencia intacta. Y volvió no solo como pista de carreras, sino como un espacio cultural, deportivo y familiar. La idea es que el autódromo se transforme en un lugar de encuentro permanente, con actividades todo el año y abierto a la comunidad. Para muchos fue un regreso. Para otros, un primer contacto. Pero todos se llevaron algo: una sonrisa, una lágrima, una foto con el Williams, un aplauso compartido. Y la certeza de que el automovilismo argentino sigue vivo y rugiendo fuerte.

El futuro ya está en marcha

Con la reapertura del Autódromo, Buenos Aires suma un nuevo capítulo a su historia deportiva. Uno donde la tradición se cruza con la modernidad y donde las emociones siguen siendo el motor que todo lo impulsa.

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Por Pablo L.