Dos obras intensas, dos barrios vecinos y noches para dejarse atravesar por el arte

Un Picasso: el artista frente a su propia vida

Los sábados de febrero a las 21 horas, Mil80 Teatro se prepara para recibir a un Picasso íntimo y descarnado. En su sala de Muñecas 1080, en pleno Villa Crespo, se presentará “Un Picasso”, una obra que se mete en el último día de la vida del artista español, cuando ya nada queda por demostrar y todo vuelve en forma de recuerdo.

La escena es simple pero poderosa: Picasso está solo en su taller, limpiando pinceles, ordenando bastidores, observando su propia obra. Desde ese gesto cotidiano se abre un torrente de memoria, donde los momentos más trascendentes de su vida aparecen sin pedir permiso, mezclados, desordenados, como suele pasar cuando uno mira hacia atrás.

A sus noventa años, el artista repasa una existencia atravesada por una sola obsesión: hacer arte. Todo lo demás parece haber sido consecuencia del azar, de vivir cada momento hasta el límite, de sostener sus caprichos con la seguridad que le dio saberse un revolucionario de la pintura del siglo XX.

En ese recorrido, aparece una asociación inevitable: las mujeres de su vida y las etapas de su obra. Cada romance intenso coincide con una transformación en su pintura, como si el amor, el deseo y el conflicto hubieran sido motores creativos tan fuertes como el talento.

“Un Picasso” es un monólogo polifónico que va cambiando de tono y registro. La palabra se vuelve poética, brutal, humorística y nostálgica, según el recuerdo que aparezca. Es un autorretrato final donde el artista se mira sin pudor y celebra, por última vez, la potencia del arte.

La obra es de autoría y dirección de Javier Margulis, y está interpretada por Fito Yanelli. Una propuesta ideal para quienes disfrutan del teatro íntimo, de los textos que interpelan y de las actuaciones que sostienen una escena con el cuerpo y la voz.

Las funciones serán los sábados de febrero a las 21 horas en Mil80 Teatro, Muñecas 1080. La entrada tiene un valor de $18.000 y las reservas se realizan por Alternativa Teatral.

Una sombra voraz: entre la vida real y la ficción

A pocas cuadras de allí, cruzando hacia Chacarita, otra propuesta teatral promete sacudir emociones. Los sábados de febrero a las 20 horas llega “Una sombra voraz” al espacio Dumont 4040, en Santos Dumont 4040.

La obra parte de una historia atravesada por la montaña, la herencia y la ausencia. Julián Vidal es un escalador marcado por la desaparición de su padre, un reconocido alpinista que murió en 1989 intentando llegar a la cumbre del Annapurna, cuando Julián era apenas un chico.

Años después, en 2017, con 40 años y antes de retirarse, Julián decide intentar completar aquella escalada inconclusa. Pero algo absolutamente inesperado ocurre y su historia se vuelve famosa, cambiando su destino para siempre.

El relato da un giro más cuando, en 2021, se filma una película sobre lo sucedido. Para interpretarlo convocan a Manuel Rojas, un actor con la carrera algo estancada, que ve en ese proyecto una posible revancha personal.

Durante la obra, ambos personajes comparten el escenario por primera vez. Julián Vidal y Manuel Rojas se enfrentan a sus propias versiones, poniendo en juego los límites entre la experiencia real y su representación ficcional.

Las historias se narran de manera intercalada, marcando paralelismos y diferencias. La obra invita a preguntarse qué se pierde y qué se transforma al contar una vida, y cómo el arte puede apropiarse de una experiencia ajena.

“Una sombra voraz” tiene texto y dirección de Mariano Pensotti y cuenta con las actuaciones de Diego Velázquez y Patricio Aramburu. La música original es de Diego Vainer y la dramaturgia estuvo a cargo de Aljoscha Begrich.

Las funciones serán los sábados de febrero a las 20 horas en Dumont 4040. La entrada tiene un valor de $25.000 y también se reserva a través de Alternativa Teatral.

Dos barrios, una misma invitación

Villa Crespo y Chacarita vuelven a mostrar que comparten algo más que una frontera. En febrero, el teatro se convierte en una excusa para recorrer el barrio, sentarse en una sala chica y dejarse atravesar por historias intensas.

Dos obras muy distintas, pero unidas por la búsqueda artística y la reflexión sobre la vida. Una desde la mirada de un genio consagrado, la otra desde el cruce entre una biografía real y su versión cinematográfica.

Febrero, noches de calor y teatro a pocas cuadras de casa. Una invitación a salir, pensar y emocionarse, como solo el buen teatro sabe hacerlo.

 

Por Pablo L.