Explotó el Cilindro con ese toque sutil de zurda de Leonardo Sigali a los 44 minutos del segundo tiempo para el 3-1. Y los últimos minutos fueron una fiesta de los más de 40 mil hinchas de Racing, que lograron desatar toda la tensión de un partido chivo, duro, difícil, complicado, sufrido. El equipo del Chacho Coudet sigue siendo el único líder de la Superliga, a tres puntos de Defensa y Justicia. El sueño de lograr un nuevo título sigue intacto. Le quedan ocho finales, pero dos de las próximas tres son muy bravas y de visitante:con River en el Monumental y con Independiente en el Libertadores de América.
Era una prueba de fuego para Racing el duelo con Huracán. Tenía dos desafíos por delante. Superar otra vez el acoso del sorprendente equipo de Sebastián Beccacece, por un lado, y evitar que Huracán, de gran campaña en la Superliga, caliente el campeonato. Debía tomar la iniciativa del partido y demostrar por qué era el líder del torneo. Y lo hizo. Aunque le costó demasiado el camino para el 1-0.
En los primeros minutos se evidenció que los dos técnicos pensaron mucho cómo plantear el juego. Coudet buscó ser ofensivo, lo metió al chileno Marcelo Díaz entre los centrales y buscó mucha movilidad con los laterales, obligando a los otros volantes a estar más cerca del área rival y de Licha López. Mohamed, que se decidió por Walter Pérez para reemplazar a Roa, buscó contener al goleador del campeonato con tres centrales, corriendo a Salcedo de líbero, cerrando Araujo casi de central y Walter Pérez retrocediendo como lateral.
El tablero de ajedrez lo intentó romper Centurión desde el arranque. A los 4 minutos intentó eludir a casi medio equipo de Huracán y casi le sale. Pero después alternó momentos de intrascendencia y de imprecisión. Salvo en la pegada de tiro libre, que siempre fue un dolor de cabeza para la defensa del Globo. Tampoco sumaba la movilidad de Licha arriba y de Solari, Zaracho y Cristaldo (Salcedo lo atendió veces apenas en los primeros 15 minutos).
La iniciativa y el control del partido no le alcanzaba al local para conectar en el último cuarto. Y Huracán, ya acomodado en el campo, se insinuaba peligroso de contra con la movilidad de Gamba y la potencia de Barrios. Pero el Globo tampoco resolvió bien las chances que generó.
Entonces fue la pelota parada, la pegada de Centurión, la cabeza de Donatti y el oportunismo de Cristaldo (le puso el pecho al gol) lo que le permitió al líder abrir el partido. Con el 1-0 y la salida de Zaracho lesionado, el chileno Díaz se adelantó un poco más en el campo, Racing volvió a la línea de cuatro y Huracán tuvo que exponerse un un poco más.
La parte final tuvo un arranque electrizante. Lo tuvo Racing dos veces para definir. En la primera acción, el arquero Silva le sacó el gol a Fernández, enseguida remató Solari, rebote, y Centurión la tiró por arriba del travesaño. Al toque, la pelota le quedó a Lisandro López, que no resolvió. Del frustrado 2-0 al empate sin respiro. Damonte, de enorme despliegue, se anticipó en el salto a Díaz y habilitó a Auzqui, quien se filtró entre los centrales y dejó sin chances a Arias.