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Triunfo de Boca Jrs Vs Plantense en la Bombonera

Cuando más lo necesitaba, Boca venció 3-1 a Platense y ganó en tranquilidad. Con goles de Figal, Merentiel y Briasco, el Xeneize mejoró su imagen y se mete en la pelea por el campeonato.

Y fue un domingo de fiesta, nomás. En el principio y en el final. Un domingo que Boca necesitaba, que su técnico esperaba y que los hinchas, claro, reclamaban. Una tarde que empezó con la emotiva bienvenida a Palermo y que terminó con una victoria muy celebrada, con el primer grito de Merentiel con la azul y oro, con un golazo inesperado de Briasco y con un Boca aliviado por un 3 a 1 que lo vuelve a posicionar en el campeonato.

Otra vez no jugó lindo el equipo de Ibarra. Pero ganó bien. El brillo, es una deuda que todavía conserva. Y aunque el propio Riquelme dijo que no hay nadie que lo logre en el fútbol argentino en general, a Boca le está costando en lo particular. Recién logró soltarse en el final, a partir de la gran jugada de Briasco que derivó en el tercero, pero antes, en varios momentos, se vio en apuros. Eso sí, mejoró la imagen. Y como punto de partida, no es menor.

Claro que no… Vaya paradoja, Boca lo empezó a ganar con dos goles made in Palermo. Sí, justo en la tarde que el Titán volvió a la Bombonera después de nueve años, el local se puso en ventaja con dos definiciones que bien podrían tener el sello de Martín. Un cabezazo de Figal que se coló arriba, justo en el arco de Casa Amarilla, con parábola palermiana. Y una definición de Merentiel (tras el 1 a 1 de Servetto), de puro olfato, acompañando la jugada de Langoni y aprovechando el rebote que dio el arquero del Calamar.

Sin embargo, aun con esa diferencia, incluso habiéndose repuesto del empate, al conjunto de Ibarra no le fue fácil tomar el control del tiempo y del espacio. A pesar de tener a un Romero otra vez inspirado, no contó con la ayuda de Pol Fernández para la tarea (el capitán sigue bajo). Y al menos de arranque, tampoco le dio óptimo resultado el doble cinco entre Varela y Equi Fernández. De hecho, el ex Tigre se lució cuando el 5 dejó la cancha y cuando él se hizo dueño del medio. Un punto a trabajar.

Eso sí, el Xeneize tuvo apariciones que ayudaron a la causa, que le cambiaron la cara. El propio Equi, cuando se quedó solo; Sandez, que reemplazó muy bien al histórico Fabra; Langoni, que volvió a mostrarse picante, a pesar de que salió con una molestia en el gemelo; Merentiel, por su bautismo goleador en su primera vez de titular y por otro cabezazo que se le fue alto; y Briasco, por su ingreso letal. Así, con esas armas, con esos cambios, los que Ibarra había metido antes y los que hizo después, Boca mostró otra cara, otro cuerpo, otra espíritu, acaso otra alma. Y recuperó la paz.