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Los vecinos de la Ciudad disfrutaron de una jornada histórica en el Autódromo

Después de cuatro décadas el renovado circuito recibió al mítico Williams de Lole Reutemann. El encuentro también contó con exhiciones de autos antiguos y actividades para toda la familia.

Cuando la silueta blanca del mítico Williams, con el que Carlos Reutemann obtuvo el subcampeonato mundial de la Fórmula 1, asomó por la recta principal del autódromo de la Ciudad las tribunas estallaron en una ovación pocas veces vista en la Catedral del automovilismo nacional.

Es que, luego de 41 años el auto con el cual el Lole hizo madrugar a millones de argentinos, volvía a girar en tierras criollas. Emoción, alegría y muchas lágrimas fueron el resumen de un momento histórico vivido en la reapertura del Autódromo de la Ciudad de Buenos Aires «Juan y Oscar Gálvez».

Desde bien temprano miles de personas se acercaron al autódromo porteño para disfrutar de un domingo a puro fierro con actividades para toda la familia, juegos, concursos y vivir a pleno el ruido de los motores de autos de diferentes categorías que a lo largo de la historia hicieron vibrar el cemento de los distintos circuitos del Autódromo.

Además todo el público, que concurrió en forma gratuita, pudo apreciar las nuevas obras de la Catedral de automovilismo, cómo las mejoras en las pistas, tribunas, baños y muchas más

El Autódromo reabrió sus puertas para mostrar su nueva cara y reencontrarse con la historia que lo hizo y hace único e inigualable.

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