El fin de semana extralargo dejó cifras históricas de visitantes y un fuerte impulso a la economía barrial
El fin de semana extralargo que combinó la Semana Santa con el Día del Veterano y los Caídos en Malvinas rompió todos los pronósticos en la Ciudad de Buenos Aires. Según el último informe del Observatorio Turístico del Ente de Turismo porteño (Entur), entre el jueves 28 de marzo y el martes 2 de abril llegaron a la Ciudad 118.000 turistas nacionales e internacionales. El impacto económico fue contundente: más de $33.424 millones generados a partir del gasto en hospedaje, gastronomía, transporte y paseos. Una bocanada de aire fresco para la economía barrial y los sectores ligados al turismo.
Hoteles casi llenos y consumo a pleno
Los datos oficiales señalan que la ocupación hotelera promedio alcanzó el 65%, con picos del 80% en los hoteles de cuatro y cinco estrellas, especialmente en las zonas de Microcentro y Puerto Madero. El gasto promedio por turista fue de $282.764, lo que incluye no solo la estadía, sino también comidas, compras en ferias barriales y actividades recreativas. Un combo que activó desde los grandes hoteles hasta los pequeños comercios de barrio.
¿De dónde vinieron los turistas?
La mayoría llegó desde provincias cercanas como Córdoba, Santa Fe y Mendoza, mientras que en el plano internacional, Brasil y Uruguay lideraron el ranking. Familias, grupos de amigos y parejas jóvenes aprovecharon para recorrer la Ciudad, combinando circuitos culturales, religiosos y escapadas urbanas. Las iglesias históricas, los museos y los paseos guiados estuvieron entre las opciones más buscadas.
“Este fin de semana XXL superó nuestras expectativas y mostró el potencial turístico de Buenos Aires en fechas clave” —Valentín Díaz Gilligan, presidente del Ente de Turismo.
Recorridos barriales, gastronomía y cultura a pleno
Durante los cinco días, el Entur organizó recorridos guiados por el casco histórico y circuitos temáticos en la Comuna 15, como paseos por los murales de Chacarita y visitas a la Facultad de Agronomía. Además, las ferias de artesanos en Plaza Armenia y los eventos gastronómicos en los mercados populares fueron un imán para los turistas. El Food Fest en La Rural, con más de cien expositores, se destacó entre las propuestas preferidas del público joven.
La Secretaría de Cultura sumó actividades gratuitas en museos y centros culturales, mientras que la Subsecretaría de Deportes organizó caminatas guiadas y encuentros deportivos en Parque Chas y Villa Ortúzar. Los barrios se llenaron de propuestas al aire libre y la gente respondió con participación masiva.
Un impacto que se sintió en todos lados
Los restaurantes de barrio reportaron un aumento del 25% en las ventas, gracias a menús promocionales y el empuje del turismo. El transporte público también sintió el movimiento: la demanda de pasajes en colectivos subió un 30% y en subtes un 20%. La tarjeta SUBE reflejó ese incremento, y se reforzaron los servicios en las líneas más concurridas para evitar demoras.
Los visitantes destacaron la amabilidad de los porteños, la diversidad cultural de los barrios y la gran cantidad de actividades gratuitas. Desde el Entur ya están pensando en repetir este esquema en otros momentos del año, apostando a que Buenos Aires siga consolidándose como un destino de primer nivel en la región.
Una ciudad que se movió al ritmo del turismo
Para acompañar el aluvión de visitantes, se extendieron los horarios de los centros de información turística en Retiro y Palermo, y se sumaron puntos de asistencia en estaciones de tren y subte, con personal bilingüe. Además, se celebraron noches de museos extendidos con entrada libre en el MALBA y el Museo de Arte Moderno, y se montaron espectáculos callejeros en La Paternal y Villa Ortúzar, con ciclos de cine y conciertos al aire libre.
El resultado fue claro: barrios llenos, comercios activos y miles de turistas disfrutando de la Ciudad. Una muestra de que el turismo no solo mueve la economía, sino también la vida cultural y social de Buenos Aires.
El desafío: mantener este impulso todo el año
Desde el Gobierno porteño ya analizan cómo sostener este flujo turístico más allá de los fines de semana largos. La clave estará en seguir apostando por propuestas accesibles, fomentar el turismo barrial y mantener a Buenos Aires como un destino atractivo y abierto para todos.