Aprender a manejar el dinero desde jóvenes es clave para tomar decisiones inteligentes y evitar problemas en la adultez

Un tema que no es solo para adultos

Durante mucho tiempo se pensó que las finanzas y la economía eran asuntos exclusivos de los adultos. Sin embargo, dejar de lado a los adolescentes en esta formación significa perder una oportunidad valiosa: brindarles herramientas para que manejen su dinero con responsabilidad desde temprano.

Hablar de educación financiera no tiene por qué ser aburrido o complicado. Puede convertirse en una herramienta poderosa para que los jóvenes alcancen sus metas personales, siempre que se aborde de manera cercana, con ejemplos prácticos y adaptados a su realidad diaria.

“Si los adolescentes entienden cómo funciona el dinero, estarán mejor preparados para administrar su futuro.”

Entender cómo se genera y administra el dinero

Para que los adolescentes puedan tomar decisiones responsables en el futuro, es necesario que comprendan cómo se obtiene el dinero y las distintas formas en que se puede generar. Esto incluye desde trabajos eventuales y emprendimientos hasta ingresos digitales o creativos.

También es fundamental que aprendan a diferenciar entre gastos necesarios y gastos prescindibles. Saber evitar deudas innecesarias y utilizar créditos de manera responsable —sin gastar más de lo que realmente se puede pagar— son hábitos que marcarán la diferencia en su vida adulta.

El ahorro como meta y no solo como emergencia

Uno de los pilares de la educación financiera es el ahorro. No debe pensarse únicamente como un fondo para emergencias, sino como un medio para cumplir metas concretas a corto, mediano y largo plazo. Puede tratarse de comprar un instrumento musical, costear un viaje de estudios o juntar para un proyecto personal.

Aprender a planificar este ahorro implica establecer objetivos claros y alcanzables, y ser constantes en su cumplimiento. La disciplina financiera se entrena, y cuanto antes se empiece, más natural será para el adolescente.

Redes sociales, consumismo y apuestas online: un riesgo real

Hoy en día, los adolescentes están expuestos de forma constante a publicidades, ofertas y mensajes que impulsan el consumo. En redes sociales, influencers y campañas de marketing muestran productos y estilos de vida que pueden incentivar compras impulsivas.

A esto se suma la problemática creciente de las apuestas online y juegos de azar en plataformas digitales. Sin las herramientas adecuadas, muchos jóvenes pueden caer en hábitos peligrosos que afectan su economía y su bienestar emocional. Por eso, enseñarles a detectar riesgos y pensar antes de gastar es tan importante como mostrarles cómo ahorrar.

Estrategias prácticas para enseñar finanzas a los adolescentes

Como adultos, podemos guiar a los jóvenes en este aprendizaje. Una buena estrategia es ayudarlos a crear un presupuesto básico, dividiendo su dinero en categorías como ahorro, gastos esenciales y ocio. Esta división les permite visualizar de forma clara cuánto pueden gastar y cuánto necesitan guardar.

Otra herramienta clave es enseñarles a comparar precios y evaluar alternativas antes de comprar. Esta práctica simple evita gastos innecesarios y fomenta el pensamiento crítico, incluso para compras pequeñas.

También es recomendable incentivar el hábito de postergar compras impulsivas. Si un adolescente aprende a esperar unos días antes de decidir, muchas veces descubrirá que ese gasto no era realmente necesario.

Programas que acompañan

En la Ciudad existe el Programa de Acompañamiento para el Egreso, impulsado por el Consejo de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes. Este programa está orientado a jóvenes sin cuidados parentales que vivieron en hogares de la ciudad, e incluye talleres sobre educación financiera adaptados a sus necesidades.

Estos espacios permiten que los adolescentes practiquen lo aprendido, diseñen sus propios presupuestos y planifiquen sus objetivos económicos, siempre con el acompañamiento de profesionales.

Un compromiso de todos

La educación financiera para adolescentes no es un lujo ni un conocimiento secundario. Es una necesidad para que enfrenten con confianza los desafíos económicos de la vida adulta.

Si desde casa, la escuela y los programas comunitarios logramos que los jóvenes comprendan el valor del dinero y sepan administrarlo, les estaremos dando una herramienta para toda la vida. Y lo más importante: aprenderán que las decisiones inteligentes en materia económica son la base para construir un futuro estable.

 

Por Pablo L.